Durante los años 60 pasaron por nuestra Segunda División varios equipos “fantasmas”: San Bernardo Central, la UTE, Valparaíso Ferroviario, Luis Cruz Martínez de Curicó… Municipal es un caso ejemplar, pues jugó largos 10 años en el profesionalismo y luego se desvaneció casi sin dejar rastro.
Torneo Segunda División 1965
Estadio San Eugenio
Municipal de Santiago representaba -valga la redundancia- a la vasta comuna de Santiago (que entonces incluía parte de lo que hoy es Recoleta, Independencia, San Joaquín, Estación Central y Quinta Normal). Su sede estaba en calle Catedral, al lado de la iglesia Santa Ana, más precisamente en la oficina de deportes edilicia: era el equipo de la comuna e incluso a veces lucía en su pecho el león rampante del escudo del municipio. Se le conocía como el cuadro “edil” -igual que sus homónimos del Municipal de Lima- y su uniforme constaba de camiseta celeste y pantalones azules.
Municipal ingresó al Ascenso en 1961 y sus campañas siempre fueron más que aceptables. Pese a su escaso arrastre, el club caía simpático y la prensa tendía a elogiarlo porque sus dirigentes «siempre hacían bien las cosas». Aunque nunca estuvo cerca de ascender, tampoco pasó mayores zozobras durante esa década. En 1965 acabó en un dignísimo cuarto puesto, su mejor actuación histórica: la foto de arriba muestra a ese plantel.
Como la sobrepoblación de clubes capitalinos estorbaba la necesaria expansión a provincias, la Asociación Central de Fútbol (ACF) estableció a mediados de los 60 que cada participante de Segunda debía acreditar un estadio para su uso exclusivo: equipo sin estadio, desaparecería. Así, en teoría el Municipal hacía de local en el vetusto Estadio Militar (uno de los primeros recintos deportivos santiaguinos y que aún sobrevive casi tal cual en el barrio Rondizzoni, detrás del Parque O’Higgins).
En la práctica, sin embargo, los ediles solían jugar en cualquier parte -Santa Laura, San Eugenio, Puente Alto-, siempre como preliminar de algún partido más importante. Abajo, de hecho, se les puede ver en 1967 en un partido contra la UTE en el estadio universitario de Av. General Velásquez. Alguna vez, cuando no quedaba otra, Municipal jugaba igual en el Militar, que acabada la década de los 60 desaparecería del mapa futbolístico.
Así llegamos a 1970. Como parte de su política de exterminio de los equipos capitalinos de escaso arrastre (Green Cross, Iberia, Bádminton), la ACF forzó al Municipal a emigrar. El destino elegido fue Rengo, que por primera y única vez en su historia acogería al fútbol profesional.
Este experimento -uno de los menos conocidos en la historia de nuestro fútbol- fue un desastre. Los renguinos no se entusiasmaron con el club trasplantado y las asistencias rara vez superaron el millar de personas. En lo deportivo, fue peor: ese torneo de Segunda de 1970 fue tan disputado que 7 escuadras acabaron en el fondo separadas por apenas 5 puntos. Los tres colistas -empatados con 19 unidades- fueron Ñublense, Santiago Morning y Municipal de Rengo.
Para dirimir el descenso se jugó una liguilla en Santiago: los «ediles» perdieron sus dos encuentros y regresaron a su asociación local en la capital, ya sin lazos formales con el municipio. El club, por curioso que parezca, aún existe. Se llama Unión Municipal Santiago y juega el torneo amateur de la Asociación Zambrano en Lo Prado, donde se estableció el 2005.
Fotos: Archivo revista Gol y Gol.
Info: Héctor Gatica Wiermann.