MALDITO ROCK AND ROLL

«Tommy», la gran obra maestra de The Who

Repasamos el álbum conceptual doble que consolidó a los británicos como héroes del rock, lanzado hace 52 años, el 23 de mayo de 1969.

The Who 1969 Fb Web Ok

Desde la primera vez que escuché (mejor dicho, vi) ese “Listening To You” en la película de Woodstock, sentí que estaba ante una gran revelación. Nadie me había hablado de The Who.

Nadie me había contado de esta mega banda, ni de sus recordadas presentaciones, ni del pedazo de obra conceptual que es ese disco doble sobre la historia de un chico ciego, sordo y mudo, que se vuelve estrella del Pinball, ese disco que todo el mundo conoce como “Tommy”, el 23 de mayo de 1969, hace 52 años.

«Tommy» y The Who contándonos una historia

Si vemos el relato de esa manera, no ha mucho más que agregar. Y lo podemos dividir en puntos:

-Tommy nace en 1921, fruto de la relación pasional de una pareja que se conoce en plena guerra mundial.
-Pasa sus primeros años sin su padre, quien se va a la guerra.
-Su madre conoce a otro tipo. Y su padre los encuentra en la cama al regresar de la guerra.
-El padre decide matar al amante. Tommy ve todo lo ocurrido. Lo convencen de que no le diga nada a nadie.
-Tommy bloquea sus sentidos, volviéndose un autista.
-Sufre las bromas pesadas de su primo Kevin y el abuso de su tío Ernie, además de una experiencia extraña con una prostituta y el ácido.
-Encuentra en el Pinball una manera de expresarse. Y llega lejos.
-Recién con la visita a un doctor sus padres se dan cuenta del bloqueo emocional en el cual Tommy está inmerso.
-Tommy reacciona y despierta. Se siente libre al fin. Y está listo para predicar a todos sus seguidores (los de su trayectoria en el Pinball) su experiencia de vida.
-Pero ellos buscan respuestas para sus propias vidas, y Tommy no se las puede dar. Los decepciona y lo dejan solo.

Así de lineal se vuelve la historia si escuchamos en orden y atentamente las 25 canciones que componen el doble vinilo, de 80 minutos de música. Pero Tommy es mucho más que la epopeya de un «Mesías de la era moderna». Es una mirada crítica y personal a la vida misma. Esa que Pete Townshend detestaba al no poder sentirse un ser «normal» para su época: tuvo malos «viajes» en ácido, tenía esa ira de quien es incapaz de expresar abiertamente lo que sentía; se alimentaba de la ira de su público (en su mayoría hombres, algo raro en la época); y no le compraba para nada los discursos a los nuevos gurúes de occidente.

Pete Townshend y un abúsqueda espiritual

En “Tommy”, Tonwshend como autor es capaz de poner de manera explícita la búsqueda espiritual y el hecho de sentirse ajeno a todo lo que lo rodea. Al mismo tiempo, es capaz de pedir ayuda en su aislamiento («See me, feel me, touch me , heal me»), y de encontrar la luz al final del túnel («I’m free… and freedom tastes of reality»). También nos muestra lo más siniestro de la conducta humana, cortesía de las letras ácidas de John Entwhistle, en donde se llega a niveles horrendos de abuso; y lo más doloroso es que es real y sucede a diario, aunque no nos demos cuenta (basta ver las noticias en cualquier lado).

“Tommy” aborda de manera brillante, y muy arriesgada para la época en que fue lanzado, el falso «amor libre e irrestricto» de fines de los 60, la llamada «generación de las flores». Algo que a Pete le molestaba sobremanera: nunca comulgó completamente con el ideal de paz y amor que era políticamente correcto en esa época, el «come to this house, be one of us» que tanto se decía en esos años, pero que después se convertía en «ya han pasado tres horas, ahora lárgate de aquí». Cosas que Pete detestaba completamente: la pose de hippie.

Si las letras son una verdadera declaración de principios de Townshend, la música y la interpretación en el disco llegan a dimensiones épicas. En “Tommy”, como disco, The Who se luce como nunca: la increíble percusión espontánea de Keith Moon; las líneas precisas y virtuosas de The Ox, John Entwhistle; las vocalizaciones inspiradísimas de Roger Daltrey, casi bordeando lo teatral (y cómo no, si es una «Opera Rock»); y los riffs poderosos de Pete Townshend, el que es, a mi modo de ver, uno de los mejores guitarristas en la historia del rock. Basta con haberlos visto en vivo en esa época. The Who era, sin duda, EL acto en vivo de todos los tiempos.

Un álbum que llega a tu vida y se queda para siempre

Si el disco “Tommy” llega a tu vida, nunca más saldrá de ella. Como lo vemos representado en “Almost Famous”, cuando el protagonista, William Miller, inicia el viaje sin fin en el disfrute de la música: justo con la aguja cayendo en el comienzo del instrumental “Sparks”. Llegan a salir verdaderas chispas con tamaña revelación.

Este debe ser uno de los discos obligatorios de cualquier ser humano. Ni la película ni la obra de Broadway son capaces de llegar a nuestros sentidos como el exponerse al disco completo y a una presentación íntegra de «Tommy en vivo», como era costumbre para The Who, en el momento en que sus potenciales llegaron a la cima, hace 4 décadas y media.


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