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Entrevista exclusiva con Roger Waters: «Creo que el show que montamos es mejor que la versión para arenas»

Repasa entrevista exclusiva con el ex Pink Floyd previo a sus dos shows en el Estadio Nacional tocando completo "The Wall" en Futuro.cl.

Roger Waters

El pasado martes 28 de febrero, al mediodía, Roger Waters visitó los estudios de Radio Futuro y conversó durante una hora con Hernán Rojas, a solo 3 días del primero de los dos shows programados en el Estadio Nacional, en donde estrenará el montaje de «The Wall» en dimensión de estadios.

En la entrevista exclusiva, el músico se refirió a su conocimiento de los actuales conflictos sociales en Chile, sus ganas de juntarse con el presidente Piñera para tratar temas sociales, la génesis y desarrollo del clásico «Comfortably Numb», sus planes próximos y la emoción de estrenar el montaje en un estadio este viernes.

Revisa la entrevista completa a continuación…

«Cabe la posibilidad que me reúna con su presidente en unos días»

Qué proyectos musicales hay después de esta monumental gira con The Wall?

Wow. No le he dado vueltas al tema. Terminaremos esta etapa en Filadelfia el día de la Bastilla (14 de julio) y es posible que lleve el tour a Europa el próximo verano, ya veremos. Hay planes de hacer mi ópera Ça ira en Suecia el próximo año y luego montarla en Santa Fe en 2014. Y por supuesto está el tema de mi próximo álbum, el que nunca me decido a hacer. Tengo las canciones y un montón de ideas, pero tengo que esperar el momento a que cuaje.

Qué tienes en tu reproductor musical, en tu MP3 o equipo?

No escucho nada. A veces escucho algún álbum porque estoy interesado en la persona que lo hizo, y me obsesiono un poco, escuchándolo todo el tiempo, pero eso me pasa muy poco. El último fue Dirt farmer, de Levon Helm –el baterista de The Band-, que salió hace un par de años. Mi mujer y yo escuchamos a Chet Baker cuando jugamos al Gin Rummy, lo que ocurre bastante seguido. Tenemos como seis CDs y cuando jugamos uno va corriendo detrás del otro. Llevo conmigo una compilación de Franco Corelli, el gran tenor; es una especie de Greatest Hits; creo que en él busco una gran voz, además que canta piezas de Puccini que me gustan. Aparte de eso creo que me gusta mantener mu cerebro descongestionado de tanta música.

Cuando la gente se imagina tu futuro, la gente se pregunta sobre las posibilidades de que el álbum Animals se convierta en una gran tour como el actual…

Bueno, lo fue, en 1977, pero la verdad no tengo mucha idea sobre si ocurrirá. Nunca se sabe.

Durante la producción de The Wall ustedes recorrieron muchos estudios en Inglaterra y Estados Unidos, algunos como el Village Recorder/Producers Workshop…

No recuerdo haber grabado ahí, pero creo que el tipo que grabó las partes de Hammond las hizo en ese lugar, no las que grabó el productor Bob Ezrin (esas se hicieron en otra parte), pero en ese momento estábamos en Francia; de hecho, viajamos desde Londres hasta la costa del sur de Francia. Trabajamos ahí primero y luego en un estudio llamado Chateau Miraballe, que pertenecía a Jacques Louzier, ese gran pianista francés, una gran persona. En Los Angeles se hicieron muchos overdubs y toda la mezcla –que sí se hizo en el Producers Workshop-, muchos de los sonidos que se escuchan en el disco los grabamos allí, en el estacionamiento; mis gritos por la ventana, todo eso es de ahí, aprovechando que estábamos al lado de Hollywood Boulevard.

La noción de rebelarse contra el sistema arriesgándolo todo –como lo que ocurre en este momento en Aysén- es algo que está muy presente en The Wall. Qué es lo que sientes al respecto hoy, que esos mensajes parecen más importantes que nunca?

A través del álbum resuena la idea de que esto se repite constantemente, en muchas partes del mundo. De que tenemos que tomar en forma consciente la decisión de apoyar o no apoyar al otro, en especial en conflictos como estos. Sabemos que el poder tiende a corromper y tenemos que ponernos en guardia contra eso. Tal vez no debería decirlo, pero me han informado sobre el tema indígena, sobre lo que ocurre en la Patagonia y también con el movimiento estudiantil y sus protestas por mejorar la calidad de la educación; también se me han acercado personas que se oponen a la construcción de centrales eléctricas y estoy estudiando estos temas, ya que cabe la posibilidad que me reúna con su presidente en unos días y que le plantee estos temas a él.

A propósito de las nuevas tecnologías de información, tú dices que internet ha sido fundamental para derribar los muros entre las naciones. Cuán valiosas crees que son?

Una de las buenas cosas del auge de la información compartida es que le da al individuo mejores chances de pararse frente a sus autoridades. Sabes, antes de salir de Estados Unidos, hace seis semanas, estuve firmando todas las peticiones que pude encontrar para tratar de detener la aprobación de esas leyes restrictivas. Estoy muy de acuerdo con que existan leyes de protección a la propiedad intelectual, pero el impacto a largo plazo será limitar el acceso libre a internet, impedirá la comunicación entre las personas y el funcionamiento de estas herramientas de intercambio social.

Por otro lado, creo que es difícil para los nuevos músicos vivir en un mundo donde los jóvenes – su propio público- creen que la música debe ser gratis y que uno debe poder compartirla con otro sin restricción. Eso está muy bien para mí, que he ganado un montón de dinero con mi carrera, pero las nuevas generaciones de músicos tienen que recibir un pago por lo que hacen. Nadie puede esperar que el otro vaya a trabajar gratis, por mucho que sienta que la música le pertenece a todos. O digámoslo de esta forma: no habrá nuevos músicos a menos que les pagues por lo que ellos hacen.

«Comfortably Numb» es una mezcla de la mitad que me gustaba y de la mitad que David prefería»

Cómo nació un tema como Comfortably Numb? Entiendo que fue compuesto antes que The Wall. Fue inspirada por un concierto en España o Canadá, creo…

En realidad fue en Filadelfia, en un concierto en el Spectrum Arena, lo recuerdo bien. Estaba con un dolor de estómago y retorcijones espantosos, entonces un doctor del hotel llegó a la habitación vino y me dio un tranquilizante casi para elefantes: en el show apenas podía levantar las manos más arriba de mis rodillas. Una sensación muy extraña. Fue el único concierto de Pink Floyd en el que no aparecí en el bis. Salieron los otros tres, yo no fui capaz. Eso forma parte de la canción, claro que hay otras cosas…

El coro que canta David –“there is no pain you are receding…”- nace un poco antes, en el 74 o 75, cuando estaba atravesando por mi primer divorcio. Me estaba volviendo un poco loco. Recuerdo un día en la cantina de los estudios Abbey Road, y la gente alrededor de pronto volviéndose muy pequeña y lejana, como si los estuviera mirando por el lado equivocado de un par de binoculares. Se veían lejísimos. Me dije: “así que esto es tener una crisis nerviosa…”. Mi realidad física se alteró mucho y de golpe. Espantoso. Volví como pude al estudio y comencé a tocar el piano hasta que la sensación se fue. Nunca he vuelto a tenerla, es muy poderosa.

En la canción hay textos tuyos y también de David Gilmour. Se dice que hubo mucha discusión en torno al estilo y los solos de guitarra. Si debía ser más pesada o más pop. ¿Nos puedes contar acerca del proceso de grabación del tema?

Son puros inventos. Te contaré exactamente lo que pasó. El productor Bob Ezrin y yo decidimos que el disco necesitaba una canción que representara al doctor, en la historia, y David tenía una melodía. La escuchamos y le dije, “oye esto debería ser el coro de la canción”. Me fui a otro cuarto y escribí la letra de la canción que ustedes conocen ahora y el resto de la melodía y entonces me di cuenta que necesitaba los versos, esa línea de notas descendentes de Si menor y La mayor, todo eso. Todos estábamos de acuerdo en que era bueno y comenzamos a grabar. Hicimos todos los instrumentos y se lo llevamos a Michael Kamen –un músico y orquestador que no conocíamos pero que había trabajado con Ezrin-, y fue él quien grabó esos hermosos arreglos con una orquesta en Nueva York. Lo mandó de vuelta en multitrack . Esos arpeggios increíbles no los grabamos nosotros, ese fue Michael. Teníamos el producto terminado y ahí fue cuando David y yo comenzamos a discutir: el sentía que nuestra pista de ritmos era muy sosa, así que regrabó todas las percusiones y cuando las terminó yo las odiaba. El las amaba. La canción final es una mezcla de esas dos versiones, de la mitad que me gustaba y de la mitad que él prefería. Al final desarmamos todo el multitrack y lo tuve que reconstruir, porque pensaba que se nos había ido todo el sentimiento y lo bello. Fue un desacuerdo, pero tuvimos que transar, y creo que el resultado final suena bien.

A propósito de la letra: ¿recuerdas el verso “my hands felt like two balloons” (mis manos se sienten como dos globos) y aquel otro de Nobody home sobre el “swollen hand blues” (blues de la mano hinchada). No sé por qué, pero a alguna gente se le ocurrió que yo estaba hablando sobre la masturbación; pero en realidad tiene que ver con la fiebre que uno siente cuando niño. Con tener que estar acostado, inmóvil, mirándote las manos como si estuvieran a un metro de ti. Y es interesante, porque el dibujante Gerald Scarfe había tenido esa misma experiencia de niño, y había dibujado algo parecido a una cabeza sobrecalentada, donde se distorsionaban las imágenes del espacio y tiempo. Una tremenda alucinación.

«El derecho a tener una educación decente es algo a lo que todo niño debería poder aspirar»

Hace unas semanas, en Nueva York, fuiste entrevistado por el conductor radial Howard Stern, un tipo bastante atrevido, pero que logró sacarte momentos muy especiales e incluso vulnerables. Cómo fue que ocurrió? Lo habías hecho antes?

Sí, claro. En realidad no me sentí ni extraño ni vulnerable. A Stern me lo he topado varias veces en circunstancias sociales. Iba preparado para enfrentarlo –a él y a toda su locura y sus alusiones sexuales, pero al mismo tiempo fue muy serio al hablar de temas musicales, así que fue agradable.

Qué hay sobre los miedos que has vencido? Los pasados y los futuros. El miedo al poder que ejerce el sistema sobre las personas y tus miedos respecto a las mujeres…

Es divertido, porque al estar trabajando cada noche en el Estadio Nacional, en las proyecciones y el resto de los efectos visuales, es imposible no sentirse extraño. No pensar en los fantasmas de las personas que estuvieron detenidas allí y que desaparecieron. Pensar en el dolor de esos años terribles y también en la posibilidad que ello se repita, donde quiera que vivamos. Pensamos en lo que la gente que vive en esos regímenes…

En cuanto a las mujeres, mejor ni hablar… Hace poco volví a casarme por enésima vez y no puedo estar más feliz. La pasamos muy bien juntos y siento que he cambiado mucho desde esos días de 1978, cuando estaba lleno de taras. Ahora estoy más viejo y espero que más sabio, pero más que nada viejo.

Has tenido alguna oportunidad de conectarte con el movimiento estudiantil chileno?

He estado muy poco acá, pero tengo muchos deseos de conversar con ellos. De hecho estaba esperando que tú, Hernán, pudieras ayudarme con sus números y eso, para poder conversar acerca del tema. Tal como dije en la conferencia de prensa, salvo por la libertad –que lidia con la posibilidad de que alguien invada tu intimidad-, el derecho a tener una educación decente es algo a lo que todo niño debería poder aspirar. Es un sueño que está muy lejos, y por eso me da esperanzas la fortaleza que este movimiento nacido entre los jóvenes y las universidades ha conseguido, porque la gente los está escuchando. Veamos qué pasa. Me gustaría conversar con ellos.

Volviendo al mundo musical, muchas bandas británicas siguen la tradición del blues de Chicago, el del Missisippi, e incluso el sonido del rhythm and soul en su ADN; pero hay unas pocas, como ustedes y tal vez los Kinks que se sienten muy lejanas. Cómo fue que Pink Floyd se desconectó del blues y de esa tradición?

Partimos como muchos otros, tocando blues: temas de Jimmy Reid y todo ese material, pero nuestro guitarrista Bob Close –un tipo fantástico que estudiaba arquitectura, igual que yo-, repitió su primer año en la universidad, así que sus papás le prohibieron seguir. Se fue de la banda y se aplicó a sus estudios. Así que sin una guitarra líder, ya no podíamos seguir por ese camino. Fue entonces cuando Syd Barrett llegó desde Cambridge y comenzó a escribir canciones y experimentar con formas más libres y también dentro del formato pop. La verdad es que como blueseros éramos bastante incompetentes. No podíamos competir con los Rolling Stones, Alexis Korner o John Mayall, tipos que podían hacer esa clase de cosas. Así que nos dedicamos a otra cosa.

Geoff Emerick dice en su libro de memorias que cuando los Beatles comenzaron a grabar Sgt. Pepper, Norman Smith, el productor de Pink Floyd –que grababa su disco debut en Abbey Road- los lleva a conocerlos. Lennon estaba “tripeando” en la azotea del edificio, pero Paul y George estaban ahí y no los pescan. Recuerdas ese momento?

Me acuerdo de haber entrado a la sala de controles del Estudio 2 –nosotros trabajábamos en el 3-, claro que fue bastante raro. Lennon sí estaba ahí, pero la verdad no recuerdo mucho más. Del Estudio 2 sí tengo muchas memorias porque hicimos Ummagumma ahí, y también mucho del tema Dogs, más tarde. Apenas vi a los Beatles, en todo ese tiempo.

Y, a propósito, una pregunta que siempre hacemos: Beatles o Rolling Stones? De qué lado estás?

Ambas son bandas fabulosas. Soy un gran admirador del trabajo de los Glimmer Twins (Jagger & Richards). Crearon grandes canciones pop… pero sabes, si tienes que elegir quién es el más importante, yo diría que los Beatles, ya que –después de grabar Love me do y sobre todo a partir de Sgt. Pepper, ellos comenzaron a escribir música basada en el ambiente que los rodeaba, en sus experiencias, de una forma en que jamás se había hecho en inglés. Creo que con todo el material de Pepper -y lo que Lennon hace en Strawberry Fields, y la banda en álbumes como Rubber Soul y el Álbum Blanco), es como si nos hubieran dado permiso para expresarnos sin miedo a perder el apoyo del público, recurrir a canciones escritas por otra gente o depender del poder de las compañías que controlaban el negocio de la publicación de música en esos días. Me acuerdo de un manager de la época, Larry Parnes –apodado burlonamente como Parnes, Shillings & Penns-, un tipo que manejaba un verdadero establo de cantantes, todos modelados al estilo de Eddie Cochran (gente con nombres como Vince Seeger, Marty Wilde) y que grababan canciones escritas por otros. Luego aparecen los Beatles y los Who, y nos sentimos liberados para decir lo que sentíamos, y hacer algo completamente distinto. Eso fue gracias a los Beatles.

“Es nuestro ego lo que modifica y acomoda los recuerdos”

En Chile siempre ha existido el mito de que un día Pink Floyd planeó hacer un concierto en el norte de Chile, en el Valle de la Luna, San Pedro de Atacama. O también en la Isla de Pascua. Recuerdas que te hayan invitado a hacerlo?

No; pero debería decir que porque yo no lo recuerde, no significa que no haya pasado. La memoria humana es un extraño aparato. No hay que confiar mucho en él. Tal vez nada. Particularmente en lo referido a las discusiones y peleas entre bandas. Cuando se habla de lo que sucedió nadie lo recuerda bien. La investigaciones de los neurólogos parecen confirmar que es el ego lo que modifica y acomoda los recuerdos. No somos capaces de darnos cuenta de lo que pasa, aunque pensemos que lo tenemos clarísimo. Tu cerebro lo reescribe todo de acuerdo a como nos sentimos.

Es como esa broma: si tu recuerdas los años 70 es porque no estuviste ahí.

Ja ja, no; no tiene que ver. Esto es sobre cómo el cerebro recuerda, cómo reescribe. No es un baúl perfecto. Lo que le echas se queda ahí, pero hay factores externos que pueden transformar lo que crees que está guardado.

Crees que el futuro del rock and roll está asegurado?

Soy la persona equivocada a quien preguntarle eso. No tengo interés en ello. Me llaman la atención muchas cosas, pero el rock no es una de ellas. Tengo héroes musicales, algunos de los mejores compositores de todos los tiempos, mis contemporáneos: Neil Young, Bob Dylan, John Prine, Levon Helm, y hay muchos muchos otros… Leonard Cohen… podría seguir toda la tarde hablando de estos músicos y poetas. En cuanto al aquí y al ahora, no es algo que me interese. Me llamó la atención que un periodista me mostrará el prólogo del libro Amusing ourselves to death, que describe los contrastes y preocupaciones de George Orwell y Aldous Huxley. Lo que le preocupaba a Orwell es que los libros pudieran ser prohibidos. La inquietud de Huxley era mucho más realista: que hubiese tanta distracción, tanta búsqueda de placer en la gente que ésta ya no quisiera leer libros. Ni siquiera había que prohibirlos. Nadie se interesaría en ellos. No me gustaría que eso pasara en la juventud. Hay tipos que están en la misma pieza y ni siquiera se miran entre ellos, pero se están mandando mensajes por el teléfono. Qué mierda le pasa a estas personas? Claramente hay algo equivocado ahí. Y lo puedo ver en mis conciertos: hay un 10% de gente que no está mirando el show, sino que mensajean, o graban pésimas imágenes en su iPhone, que luego se ven peor en youtube o se lo mandan a alguien. En realidad no están en el show, sino dentro de ellos mismos, en un mundo extraño. Eso es lo que me preocupa. Ese es el nuevo opio de las masas, ya lo creo. Volviendo a la neurología, este es el tipo de cosas que te puede afectar, y para mal. Tal vez en 50 años más, alguien que cite Un mundo feliz, de Huxley en una clase universitaria va a estar hablando al aire. Te van a decir: qué? Quién? Tendrás que explicarle que es un libro importante, que todo el mundo debería leer. Preocupante…

Qué hay sobre bandas como Foo Fighters? Tienes alguna conexión con ellos? Pronto van a estar tocando en Chile…

No los ubico demasiado. Estuve tocando con ellos In the flesh en un late show hace unas cuantas semanas, y fue divertido: tocaron muy bien… Se me ocurre que en la música americana está la conexión que el rock tiene con el Chicago blues y el blues del Delta del Mississippi, que alimentó tanto a los Rolling Stones y que los alimenta hasta hoy –de hecho, en su libro, Keith dice que lo único que quiere ser es un “dead black bloke” (uno de esos blueseros negros muertos), y hasta cierto punto lo ha logrado y le deseo buena suerte… pero aunque amo el blues, hay otra corriente de música americana a la que me siento más ligado y es la de Woody Guthrie, el padre de todos esos cantautores que te mencioné anteriormente, a las raíces del folk protesta de los años 30, 40 e incluso 50’s…

Estuvieron cantando sus canciones en “Occupy New York”, hace poco…

Totalmente, esa protesta que te devuelve a los días de las negro work songs (N del T: canciones improvisadas en el trabajo campesino o forzado) y de Huddie Ledbetter, y tal vez estés en lo correcto, es una fuente de inspiración; pero él tomó esos conceptos y de algún modo consiguió que fuera legítimo que un tipo blanco pudiera expresarlos y que eso, a la larga se fusionara con otras formas de rebelión como la de Kerouac en la literatura. Guthrie es totalmente fundamental en mi vida y en mi obra.

Tampoco nos olvidemos que existe el llamado blues europeo, que se sale de esta ecuación simplemente porque se salta el camino desde la esclavitud, hasta lo profundo del Delta y luego de regreso a la raíz: es el Flamenco. Una música visceral y extraordinariamente conmovedor, en un sentido similar al del blues tradicional. Puedes ir en su busca directo a España o a través de la costa morisca. Hace poco compuse una canción en esa vena, para una actividad pro educación y contra la pobreza infantil en América latina. Se llama Alas. Ahí colaboré con un músico español llamado Pitingo, quien tiene una voz extraordinaria. Fue una gran experiencia colaborar.

“Creo que el show que montamos es mejor que la versión para arenas “

Hace unos días fue el segundo aniversario del devastador terremoto y tsunami, del 27 de febrero. En ese momento nos emocionó mucho tu rápida reacción a lo que sucedía aquí. Los pensamientos que volcaste en tu carta y el apoyo que nos diste. Cómo son tus recuerdos de esos días.

Escribí esa carta abierta después de descubrir lo que había escrito Bob Herbert en una editorial de New York Times, donde él citaba ese antiguo discurso de Eisenhower sobre que cada arma producida, cada cañón forjado es en esencia un robo a quienes están pasando hambre y que no tienen nada. Es algo que incluí en la carta para hacer contraste con lo que había ocurrido aquí. Lo monumental que parecía el costo de la construcción versus la cantidad de dinero que integra el presupuesto de defensa en Estados Unidos, cada año. Es algo que me sigue preocupando en mi trabajo. Ayer recibí un paquete enviado por Un techo para Chile, que contenía información sobre el terremoto, unos libros al respecto. Curiosamente yo estoy apoyando una caridad similar, especialmente a través de mi página de facebook. Se llama One small house y es gestionada por unos alumnos de la Universidad de Nueva York y ellos viajan a diferentes partes –la última operación creo que fue en México- y ellos construyen pequeñas casas a cinco mil dólares cada una. Hacen unas diez y luego se desplazan de lugar. Es algo que parece tan minúsculo, y sin embargo puedes ver la interacción que se genera entre ellos y la gente que las recibe. Entiendo que ahora irán a Haití. Lo que me interesa de esto, es que el siguiente destino será Mississippi, un lugar ubicado en el país más rico del mundo, donde todavía hay gente viviendo entiendas plásticas, en el bosque o al borde de la carretera, con peligro de congelarse hasta la muerte. En los viejos días era el tipo de gente que era correteada hasta la línea del siguiente estado para no tener que ocuparse de ellos; pero hoy la sociedad es responsable, nosotros; sobre eso trata el movimiento Occupy New York, porque ellos demandan que el gobierno federal idee maneras de contrarrestar las grandes disparidades económicas de Estados Unidos. Desafortunadamente, una gran cantidad de personas, un gran porcentaje de la población sufre del síndrome del que hablaba Huxley: creen que porque pueden comprar un paquete de papas fritas por 10 centavos todo está bien, cuando no es así. De alguna manera, el sistema se arregla para mantenerlos justo bajo el punto de ebullición, pero hoy la olla está hirviendo, y no antes de tiempo.

Finalizando, cuál sería la gran diferencia entre la versión de The wall en espacio abierto versus la versión para arenas cerradas?

Como el estadio es tan grande, pensé que debía ir por el camino de las súper pantallas. El ladrillo de lego –así es como le llamo a cada uno de los bloques del muro- se ve tan pequeño para la gente de atrás, que casi son incapaces de verlos… pero nuestra pantalla de 130 metros ayuda a distinguir todos los detalles. Creo que el show que montamos es mejor que la versión para arenas, es más emocionante. He ido refinando muchos aspectos de la puesta en escena cada noche en los ensayos del estadio y estoy muy impaciente por ver a 40 mil chilenos frente a esto, sentir a esta comunidad como algo palpable. Estoy muy entusiasmado.


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