Esto es lo que en barrio se conoce como una «pelea a cuchillo». Y es entre dos personas que se llaman de izquierda y que trabajaron dentro de una misma coalición.
Anoche, en el programa Tolerancia Cero, Andrés Velasco tildó a Guido Girardi como el «líder del clientismo» y lo acusó de incurrir en prácticas muy reñidas con la ética política. Confesó que aún le faltaban días para asumir como ministro de Hacienda cuando recibió el llamado del senador exigiéndole 12 nombres del PPD para que metiera en su cartera. Ante la negativa, dijo Velasco, Girardi lo amenazó con boicotear en el Parlamento todos sus proyectos.
¿Qué te parece? Coppola hubiese hecho El Padrino IV con este guión…
Esta mañana se defendió el senador. Desminitó categóricamente la denuncia, añadiendo que si votó en contra de las ideas de Velasco es porque representaba una mirada derechista. Y que esa visión terminó con la derrota de la Concertación.
¿Y quién tiene la razón, Velasco o Girardi?
Probablemente, ambos figuras de la Concertación.
Por un lado, es posible que de las ideas y de la gente, el conglomerado del arcoiris se haya transformado sólo en una buena máquina aceitada para el poder. Y, por el otro, que en ese rumbo ligado al poder, la máquina haya emprendido una marcha tranquila, alejada de las necesidades y las demandas sociales.
Es la herida mortal que podría dejar una pelea a cuchillo, donde, tú bien lo sabes, Palabras sacan Palabras.
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