Son las cosas inexplicables de la vida.
Con ese humor ácido y esa ironía que siempre iluminaba su intelecto, Nelson Schwenke había aprendido a burlar el destino. Primero, superó las persecuciones de esas décadas que oscurecieron al país. Luego, pudo más que el cáncer y los diagnósticos médicos. Nelson y su camarada de viaje, Marcelo Nilo, seguían en el canto, comprometidos con una sociedad mejor, con el ideal que no se transa, con los valores que hablan de justicia, de solidaridad y de esperanza.
Y vino esto… un accidente, un atropello y su partida inesperada. Marcelo Nilo sólo pudo agradecer el haber tenido, dijo, «la maravillosa posibilidad de haber vivido con Nelson».
Y nosotros, más allá de tristeza, festejamos la certeza de su obra, la belleza de su creación y de su talento al servicio de aquello que se conoce como consecuencia.
Nelson Schwenke inicio su viaje desde el sur. Y desde este andén que es Radio Futuro, lo despedimos con emoción y respeto.