La situación pasó de la polémica al escándalo.
Esta tarde, la Cámara de Diputados debía votar la aprobación o rechazo del informe de la comisión del lucro en las universidades. En dicho estudio, los parlamentarios habían llegado a la conclusión que existen antecedentes de al menos siete universidades privadas que vulneran la ley que prohíbe el lucro, mediante diversos mecanismos, incluyendo sociedades espejo, ventas, altos sueldos y alza de aranceles. Entre esas, el documento señaló a la Universidad del Desarrollo ligada históricamente a tres ministros de gobierno.
Pero ocurrió lo insospechado. La Cámara de Diputados finalmente rechazó el informe de la comisión investigadora por 46 votos a favor, 45 en contra y una abstención. Esto debido a que –por reglamento– el voto de abstención en este caso se debía sumar a los de rechazo, con lo que se produjo un empate, el que a su vez impidió aprobar el informe. ¿Se entiende? Poco.
Lo que ocurre es que el diputado que se absutuvo, el RN Gaspar Rivas, se retiró de la sala mientras se contabilizaban los votos, algo en contra del reglamento. Por eso, se pedía dejar su voto nulo y, así se aprobaba el informe. Pero el presidente de la Cámara, el también RN Nicolás Monckeberg, desestimó el argumento afirmando la abstención de Rivas y sumando su voto a los 45 en contra.
Así, se pone fin al informe de 500 páginas elaborado por la comisión luego de siete meses de investigación. ¿Qué sigue ahora? No me atrevo a aventurarlo.
La madeja está complicada en esta mezcla de educación y lucro, pero también de intereses cruzados, lobbys, poder, dinero e influencias ideológicas de todo tipo… es un tema donde, tú bien lo sabes, Palabras sacan Palabras…