Hoy se nos fue un pedazo de inocencia.
Esta mañana y producto de una insuficiencia respiratoria, murió a los 83 años el gran Themo Lobos.
Autor de varias aventuras de Mampato y otra serie de personajes, Themo construyó un universo fantástico para varias generaciones de chilenos.
Dicen sus biógrafos que Temístocles Lobos es una de las figuras consulares de la ilustración y el cómic nacional. A los 18 años ya había creado a los personajes de Ferrilo y Homero, que fueron publicados en el Diario La Nación. En la década del 50′, participó en sus inicios en la mítica revista Barrabases, de Guido Vallejos, donde creó a los personajes Cicleto, Cucufato y Ñeclito. Posteriormente, en la revista para adultos El Pingüino, dio vida a Alaraco y Dolchevito.
Pero fue con la serie Mampato donde dejó su huella más profundas. Entró en su equipo y vitalizó en 25 historias las aventuras de este niño que se trasladaba en el tiempo para visitar a su gran amigo prehistórico llamado Ogú y su cuasi novia del futuro, llamada Rena.
Con Mampato fuimos a la Edad Media, viajamos con Vikingos, cazamos ballenas y participamos en la Independencia de Chile. Con la revista Mampato aprendimos de la magia, nos hicimos ciudadanos e iluminamos muchos momentos más bien oscuros del país. Como cuando leímos cómo se podía vencer a los tiranos del Árbol Gigante, organizándonos y con la fuerza que da la esperanza de luchar por lo justo, de pelear por un mundo mejor.
Se fue Themo Lobos y no nos queda más que agradecer su legado enorme y habernos unido en estos viajes por los confines de la imaginación.