Poema Arcanus cumple veinte años de carrera y es imposible no mirar el calendario y sacar algunas cuentas. Más allá de que se trate de una banda con un sonido y una estética particulares dentro del panorama nacional, lo que hay detrás de todos estos años es la apuesta (y el premio) por ciertas convicciones que mantienen desde los tiempos en que se llamaban Garbage y luego Garbage Breed. Por aquel entonces los músicos iniciaban, tanto como un camino, una exploración por los senderos del doom metal del que dan cuenta sus dos primeros álbumes, Arcane XIII (1999) e Iconoclast (2002). Fue gracias a esos trabajos, ratificados con el imponente Timeline Symmetry (2009), que lograron notoriedad y atención más allá de nuestras fronteras.
No exagero al reconocer a Poema Arcanus como uno de los puntos más altos de la camada nacida a inicios de los 90, cuando la predominancia del death metal era evidente. En cierto modo su ascenso es comparable con lo que sucedió en Inglaterra con Paradise Lost y Godflesh en la misma época: dos joyas en medio del vendaval que levantaron los sellos Earache y Roadrunner con lo más fuerte y rudo de su catálogo.
El doom es una apuesta por las atmósferas, las sensaciones, los colores sólo posibles de lograr con el peso y la lentitud melódica. Imagino que no es fácil tocar doom. Más que por la exigencias técnicas, porque lo que hay detrás son estados de ánimo que prefieren ser expresados de un modo distinto a la velocidad explosiva o el alboroto cavernícola. El doom es penumbra pero no necesariamente es en blanco y negro. El doom es puro expresionismo, es nostalgia de la luz y su mensaje, más que críptico, corre por otro camino. Hablamos, al final, de poesía, de romanticismo bien entendido en su definición. Cuando una banda decide titular a uno de sus álbumes Telluric Manifesto nos damos cuenta de que ciertas cosas corren por caminos estéticos elevados.
La banda fundada por Claudio Carrasco e Igor Leiva se ha convertido en una marca reconocible y goza del respeto de los fanáticos más allá de la naturaleza de su estilo. Poema Arcanus es de esos nombres que podríamos llamar exportables por cuanto tienen algo nuevo que ofrecer. Y estoy seguro de que el tour que los llevará a Europa dentro de poco reafirmará un poco más sus convicciones. Han sido astutos. Han sabido replegarse y trabajar en silencio. No por nada la celebración de sus primeros 20 años, fijada para este sábado 18 en el Club 334 (junto a Mar de Grises y Nuclear) los encuentra con un nuevo disco anunciado para septiembre. Poema Arcanus celebra trabajando: una muestra más de su mayoría de edad.
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