Este editorial va dedicado a un héroe de la humanidad.
Hoy, las banderas se pusieron a media asta para despedir a Neil Armstrong, el primer hombre que puso un pie en un suelo ajeno a la Tierra. Su funeral se realizó bajo la luna llena de Ohio y a él sólo concurrieron familiares y amigos muy cercanos
Junto a «Buzz» Aldrin y Michael Collins, Armstrong llevó las fronteras de la humanidad más allá de lo imaginable. El valor de tipos como Armstrong no son patrimonio de una sola bandera, son la metáfora del coraje que ha impulsado al Hombre a seguir el camino más allá de los simples horizontes. La hazaña de astrounautas como Armstrong está emparentada con aquellos antepasados que poblaron desde Asia un extraño «planeta» que se llamaría América. O con esos navegantes que vencieron temores, supersticiones y tempestades para cruzar océanos y llegar a tierras completamente desconocidas.
Son los héroes que nos impulsan a ir más allá del horizonte de la mente, cantan Los Jaivas, donde se esconde el sol. Puede ser en el espacio, pero también existen esos temerarios en la filosofía, en la pintura o en las ciencias. En la música son los verdaderos rockeros. Esos que, guitarra en mano, se atreven más allá de lo que se considera posible o correcto.