«Hay que lamerse las heridas». Las palabras, concisas, corresponden al presidente de RN, Carlos Larraín y representan un buen resumen de la jornada política de ayer.
En la derecha se habla de debacle, de terremoto, de una tarde para el olvido. Pero en política las piezas del ajedrez pueden moverse con agilidad y los muertos suelen revivir rápidamente. La política está llena de zombies que gozan de buena salud. Y la Concertación, con las cuentas alegres en su mano, está viviendo los resultados de las municipales como una especie de segundo aire, como la esperanza de que pueden bailar otro rato afuera del cajón donde estaban.
Pero el problema es cómo dar rápido con la fórmula y salir adelante. Y, en esto, las heridas en el oficialismo están muy frescas aún para simplemente lamerlas. La UDI y RN no se ponen de acuerdo con la fecha de salida de los ministros presidenciables y las fricciones públicas entre los ministros Allamand y Golborne demuestran también esa brecha que separa a ambos partidos.
Las Municipales desordenaron el mapa político, revolvieron el naipe. Y va a ser muy interesante cómo se reponen las piezas en los días que vienen. ¿Quién dijo que la política era fome o latera? Sin duda, alguien que no sabe apreciar un buen guión de poder, de pequeñeces y grandezas en temas donde, tú bien lo sabes, Palabras sacan Palabras…