Es un problema que va más allá de una ley.
Puntualmente, es un debate que se pega como carnada a la cuestionada y polémica Ley de Pesca que en estos momentos se sigue debatiendo en el Senado. La también llamada Ley Longueira es una iniciativa apurada «a matacaballos», según algunos, desde el Gobierno y resistida por miles de pescadores artesanales. Los puntos en contra apuntan a que entrega, prácticamente a perpetuidad, la explotación del patrimonio marítimo chileno a un puñado de familias, significando el exterminio de los pequeños pescadores. Y, a favor, está el oficialismo representado por el ministro de Economía, Pablo Longueira, quien señala que «el objetivo para nosotros no es recaudar sino ordenar». Agregando que, «No tengo ninguna duda que ésta es del tipo de leyes que necesitan tiempo para que se reconozca qué era lo que el país necesitaba».
Pero, bajo las olas de esta ley, se esconden otras polémicas: como el poder del lobby sin un marco regulatorio, la falta de transparencia en los fondos de las campañas políticas y el escaso poder para obligar a inhabilitarse a aquellos parlamentarios que tienen intereses en lo que votan.
Temas más bien éticos que quedan atrapados en la red de una ley muy cuestionada. Temas donde, tú bien lo sabes, Palabras sacan Palabras…