Por Rodrigo Ulloa.
¿Qué le puedes contar a los fanáticos de Pentagram de fines de los 80 al tomar ese material legendario y darle una segunda mano?
Así como lo veo, nosotros nos estamos dando un gusto, y el gusto es grabar ahora el disco que no pudimos la oportunidad de grabar en los años 80. Yo sé que la gente creció con el material y está acostumbrada a las versiones que conoce, que son las versiones de los demos, que suenan mal, que están un poco mal tocadas, que se corre la batería y la guitarra, pero que tienen una onda irrepetible. Nosotros no quisimos repetir esa onda, eso es imposible. Hubo gente que nos sugería que fuésemos a un estudio penca, uno análogo y de baja calidad para que sonara lo más mal posible. Pero no, no queremos grabar los demos de nuevo. Estamos haciendo lo que hubiésemos hecho el año 88-89 si hubiéramos tenido la oportunidad de grabar un disco lo mejor posible, grabar los temas lo mejor posible. Eso es lo que hicimos, y estamos súper contentos con el resultado. Tanto es así que hay amigos de nosotros, los pocos que hasta ahora han podido escuchar estos temas, que estaban con las mismas dudas, que decían que podíamos echar a perder eso, pero una vez que lo escucharon, dijeron que en realidad están como debieran haber sonando. Si hay gente que no lo quiera escuchar porque tiene opiniones preconcebidas, mejor que sigan escuchando los demos y perfecto. Por eso, tomamos la decisión de sacar un disco doble, uno con material nuevo y el otro con material antiguo. Esa será una edición limitada. A la larga, el disco será el de material nuevo.
¿Va a salir al mismo tiempo que el libro que Patricio Jara prepara sobre Pentagram?
Con Pato Jara hemos estado trabajando a full durante meses. Él ha estado entrevistando a un montón de gente cercana a la banda y gente que no veíamos hace tiempo, algunos de ellos desde esos tiempos, más de 20 años que no los veíamos, pero que de alguna forma, ya sea a través de Facebook o como fuera, los logramos ubicar. Hace pocos días, me mandó el primer manuscrito como para leerlo, y es bien emocionante. Ahora uno lo ve con la perspectiva, y además lo vemos con la narrativa de la distinta gente que estaba alrededor del grupo. Los que menos hablamos en el libro somos nosotros, hablan los que eran testigos directos. Es heavy darse cuenta de cómo fue todo, de cómo hicimos las cosas y de por qué no hicimos más cosas, que es de esas preguntas que rondan a Pentagram. Lo que nosotros queremos idealmente es sacar una edición que contenga el libro y el disco. Como se están dando los tiempos, es bien factible. Queremos hacer una edición que, cuando la tomes en la mano, sea algo especial. Para eso, estamos trabajando con una editorial que se especializa en libros-objetos. Más que el texto, es todo el arte, el papel, el conjunto que tienes en la mano te dice algo mucho más que leer el texto en tu monitor. Idealmente, haríamos una edición súper de lujo con el libro y los 2 discos.
¿Qué precio tendría esta pieza de lujo?
Eso no lo puedo decir ahora… cuando digo de lujo, me refiero a la factura, no al precio. Lo que quiero es que salga lo mejor posible, pero obviamente atendiendo a los costos. En este asunto tenemos un poco de suerte, porque esta editorial tiene imprenta propia, y ellos pueden hacer unos trabajos muy acabados y muy buenos a un precio bastante razonable y menor que el de mercado. No podemos hablar de precios concretos todavía, pero sabemos que los fans de Pentagram no son millonarios ni mucho menos. Obviamente, queremos mantenerlo en un rango accesible.
¿Hay alguna fecha tentativa para esta edición?
Cuando tengamos todo listo, daremos una fecha y más novedades. Tenemos más invitados que anunciar. Para nosotros es importante tener interacción con otros músicos y mostrar al público lo que significa Pentagram para otros músicos. Estoy confiado en que será bien recibido porque hemos tratado con muchísimo respeto nuestro propio legado. Había gente que tenía aprensiones, pero al final, el legado es nuestro, nosotros podemos hacer lo que queramos con él. Y lo tratamos con el mayor respeto. Si nosotros estamos felices con el resultado, la gente también.
¿Cómo se dio la invitación de Mauricio Peña a grabar en el disco?
Tiene un origen cómico si se quiere. Cuando Eduardo Topelberg estaba en el grupo, alguien lo acorraló y le dijo que por qué el hermano del “negro” Peña no es el bajista de Pentagram ahora, cuando nosotros estábamos trabajando con Kato Cueto. Y nos quedamos pensando y, en verdad, nunca se nos ocurrió. Mauricio es un muy buen bajista, estaba tocando en Kingdom Of Hate, pero nunca se nos ocurrió llamarlo para que fuera el bajista de Pentagram. Cuando llegó la hora de grabar el disco y tomamos la decisión de trabajar no solo con un bajista, sino que con varios como invitados que se fueron repartiendo el material, estaba de cajón invitarlo, y resultó una cosa súper fuerte el tenerlo ahí porque tiene su parecido físico con el Alfredo, con el “Bey”, que es sumamente notable. Al final nos dimos cuenta de que su talento musical y su facilidad para tocar los temas era notable. El Alfredo también era así, escuchaba los temas una vez y los sacaba. Con Mauricio fue lo mismo, y fue un momento súper especial y emotivo que se vivió en la grabación.
Hay otro tema, llamado “La Fiura”, que tiene un grito con el vocalista de Morgoth, Marc Grewe. ¿Cómo se dio esta colaboración?
A Mark lo conocí hace un par de años en un festival, donde empezamos a conversar. Morgoth fue una de las bandas que más me gustaba de la era del death metal de fines de los 80, principios de los 90. Encontraba que ellos hacían una especie de death metal distinto, un poco especial en cuanto a los temas, las letras, las carátulas que se escapaban del cliché. Conversamos y resulta que él conocía a Pentagram, estaba familiarizado con lo que nosotros éramos y habíamos hecho. Hicimos este tema, llamado, “La Fiura”, que es una figura mitológica de Chiloé, la hija del Trauco. Es puro death metal y es del folclore chilote. Hice el tema y la letra, pero faltaba el grito, en alguna parte debía ir. Cuando tocamos con Morgoth en el Maryland Deathfest (en Baltimore, Estados Unidos). Ellos tocaban antes que nosotros, se preparaban para salir, y este tipo se pega un grito descomunal, pensé de inmediato que eso era lo que estábamos buscando. Hablamos con él, y como nos conocíamos y yo cachaba de que él sabía de qué le hablamos, estuvo de acuerdo y grabó el famoso grito.
Tocarás en el Metal Fest con Lock Up. ¿Cómo se viene eso?
Yo creo que el cartel no sé si está mejor que el primero o está distinto. Está un poco más tirado al metal extremo, pero hay un poco para todos. Si yo viviera en Chile, no me daría el lujo de perderme algo así. Personalmente, tocar con Lock Up es una satisfacción muy grande. Hubo una tentativa de ir antes, pero no resultó. Al final, fue para mejor porque vamos a poder tocar pata un público muy grande. Yo lo veo como una oportunidad muy importante. Quizás se cierran cuando dicen que el grupo es grindcore, ahí como que se cierran. Pero cuando nos vean en vivo, verán que la banda suena de una forma “limpia”, se entiende todo. Es una banda no técnica, pero sí muy ajustada, tocamos de forma precisa. Creo que muchos se van a sorprender y tengo ganas de ver la cara a la gente.