¿Te dice algo el 11 de enero de 1985? Lo más seguro es que se trate de una fecha cualquiera de inicio de año, el comienzo del verano o la época de vacaciones.
Hasta antes de 1985, Latinoamérica era un continente ignorado por bandas y solistas que los amantes del rock siempre soñamos con ver en vivo. Recuerdo un par de excepciones, como las visitas de Queen (1981) y Van Halen (1983), a Brasil y Argentina, pero el circuito para el “show businnes” rockero se limitaba a Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón. De festivales masivos con género definido, ni hablar.
La bautizada “Cidade do Rock”, recinto edificado para el festival sobre una superficie de 250 mil metros cuadrados, albergó a un millón y medio de personas en los 10 días que duró aquella primera versión. Algunos datos relevantes de esa cita original dan cuenta del consumo de más de 1.600.000 litros de bebida, 900 mil hamburguesas y 500 mil porciones de pizza y la marca alcanzada por una conocida multinacional al comercializar 58 mil hamburguesas en un día.
Chile no quiso estar al margen de “Rock in Rio”. El Mercurio se trasladó hasta la capital del rock -no recuerdo a otro medio presente en el festival- y diariamente daba cobertura a los principales shows. De regalo, se incluía un poster del artista principal en cada jornada. Recordadas son las fotografías de Scorpions, AC/DC, Iron Maiden y Queen.
Volviendo a la importancia de este primer “Rock in Rio”, ¿por qué la edición de 1985 representa una instancia inolvidable y de trascendencia para el desarrollo del rock tercermundista? Acá hay un desglose de los principales artistas y el momento musical en que arribaron al primer megaevento de la región.
AC/DC: Con Brian Johnson ya consolidado como nuevo frontman, los australianos cerraban una trilogía de clásicos de comienzos de los ’80 con “Back in Black” (1980), “For those about to rock (we salute you)” (1981) y “Flick of the Switch” (1983).
Scorpions: Los alemanes acababan de editar el súperventas “Love at First Sting” (1984) y el sencillo “Rock You Like a Hurricane” sonaba y sonaba en todas las radios del orbe.
Whitesnake: David Coverdale y su banda vivían una suerte de segunda primavera. “Slide It In” (1984) fue la excusa para aterrizar en la “Cidade do Rock” con Jon Lord (Deep Purple), John Sykes (Tygers of Pan Tang) y Cozy Powell (Rainbow) en esa formación.
Yes: Reagrupados dos años antes y con el exitoso “90125” bajo el brazo, la cumbre del progresivo inglés en los ’70 revivía en Sudamérica con un show impresionante y el regreso de Jon Anderson a sus filas.
Nina Hagen: La extravagante alemana sonaba en el verano sudamericano con el éxito de la opera/punk/disco, «New York, New York» (llegó al top 9 en el Billboard) de su disco “Angstlos” (1983), que también publicó una versión en inglés titulada “Fearless” (1984).
George Benson: La presencia del guitarrista de jazz y R&B en Rock in Rio podría interpretarse como una rareza. Sin embargo, sus interpretaciones de “On Broadway” y “This Masquerade” dieron el toque de distinción y delicadeza a un festival inundado de rock.
Go Go’s y B’52s: Ambos grupos representaron el lado distinto o alternativo del festival carioca. Pop y electrónica con voces femeninas en medio del machismo intrínseco del rock.
¿Te queda alguna duda? Eran otros tiempos. Cuando Rock in Rio no era pop.