En una entrevista a la revista Rolling Stone, Tony Iommi confesó que el productor Rick Rubin quería a un baterista legendario para grabar en el nuevo disco de Black Sabbath.
El guitarrista contó que el candidato de Rubin era nada menos que Ginger Baker, baterista de Cream, y elegido hace muy poco por la Esquire como el más loco de la historia. Pero Iommi, quien por esos días estaba en pleno tratamiento contra el cáncer, rechazó la propuesta porque no podía ni siquiera imaginar a Baker en el puesto.
Finalmente, Rubin propuso a Brad Wilk de Rage Against The Machine, quien se convirtió en el baterista de Black Sabbath para “13”, disco que trae de vuelta a la legendaria banda en junio.