Existe un puñado de bandas y artistas que ayudaron a que el rock fuera más popular en Chile. Entre los más clásicos pienso obviamente en Elvis, Los Beatles, Creedence, Deep Purple, Led Zeppelin, The Doors, Pink Floyd, Janis Joplin y Santana. Luego vinieron Queen, Kiss, AC/DC, Iron Maiden, Metallica, Guns N Roses y Nirvana. Hablo de músicos cuyas canciones transcendieron el gusto de los entendidos y seguidores más comprometidos para meterse en la banda sonora de varias generaciones.
En esa categoría también pongo a Ten Years After y su consagratoria versión en vivo de «I’m Going Home», inmortalizada por la película del festival de Woodstock de 1969. Esos once minutos electrizaron la memoria de todos los amantes de la música gracias a la apasionada y vibrante interpretación de Alvin Lee.
Hace dos días, ese músico inglés, responsable de uno de los solos más intensos y memorables del rock, murió a los 68 años. Pirincho Cárcamo ha presentado esa canción un millón de veces y esta semana la volvió a tocar para abrir su programa en Radio Futuro y comunicar la triste noticia.
Me cuesta no asociar «I’m Going Home» con Pirincho, la época de los hippies o con el recuerdo de esas canciones largas que se ponían cuando el carrete agonizaba. Los que han visto el documental de Woodstock también recordarán el momento en que Alvin Lee introduce el tema diciendo… «Here’s a little thing called: I’m Going Home…by Helicopter».
Durante años, muchos (no había internet y la información era escasa) se quebraron la cabeza pensando que «Helicopter» era el nombre de la banda o el autor de la canción, sin relacionar que la mayoría de los artistas llegaron al festival en helicóptero porque era la única forma de acceder a esa granja cercana a Nueva York, sobrepasada por una multitud de 500 mil personas. Pero la versión de «I’m Going Home» es genial no sólo por su extensión, ni por la alucinante velocidad y precisión del solo de guitarra.
Creo que uno de sus atractivos es que arranca con la furia de un tornado, luego transita por pasajes más suaves y remata con toda intensidad. En el intermedio del tema, Alvin Lee se dio el gusto de citar la famosa «Blue Suede Shoes» (Zapatos de Gamuza Azul), un clásico de la primera época del rock & roll firmado por Carl Perkins y popularizado por Elvis Presley, además de «Let’s Play House», otra de Elvis, y «Whole Lotta Shakin’ Going On», de Jerry Lee Lewis. Al cierre se escucha la clásica voz del presentador despidiendo con el nombre de la banda «…Ten Years After» y vemos a Alvin Lee llevándose del escenario una… ¡sandía enorme! digna de la mejor cosecha de Paine.
Cuando en 2009 se cumplieron 40 años de Woodstock, Alvin Lee declaró que nunca imaginaron escribir una página en la historia del rock y la cultura popular del siglo 20.
«Sinceramente, era un concierto como muchos otros, pero al llegar nos quedó claro que era muy grande. La protesta contra Vietnam ya existía entre la juventud estadounidense antes de Woodstock. Prácticamente todos los jóvenes estaban en contra de esa guerra sin sentido. Pero la mayoría de las bandas no tenían un mensaje político, sólo querían transmitir su música y compartir diversión. Incluso un año después del festival no se habían producido cambios. Sólo cuando se lanzó la película, en 1970, se convirtió en ese acto gigantesco, en el ícono de la generación de paz y amor, que quería cambiar al mundo. Eso inquietó a los gobernantes en Estados Unidos. Sin embargo, eso de que Woodstock iba a entrar en la historia es algo que ningún músico presintió. Fue un maravilloso accidente», dijo el guitarrista.
Como Eric Clapton, Keith Richards y otros tantos jovencitos ingleses de los 60, Graham Alvin Lee fue uno de esos músicos que bebió directamente de las influencias del blues y próceres como Chuck Berry y Scotty Moore, el legendario guitarrista de Elvis con quien grabó en 2004 un disco llamado «In Tennessee».
Cuenta la historia que el nombre de la banda, Ten Years After (Diez Años Después), era una manera de proclamar –con cierta cuota de arrogancia- que para 1966 ya había pasado una década desde la aparición de Presley y era momento de que los músicos escaparan de las sombras del Rey. Sin Alvin Lee en su formación, este grupo vino a Chile en abril de 2009 y tocó en un pub del barrio Bellavista.
Cómo se extrañó aquella noche al guitarrista más rápido y desquiciado de Woodstock. Ahora ya descansa en paz.
*Columna publicada en El Gráfico, viernes 08 de marzo de 2013.