Fundado en 1916 por jóvenes aristocráticos, Green Cross tenía ramas de ciclismo, automovilismo, rugby y atletismo, poseía una lujosa sede social en calle Ahumada y editaba la revista El Pije (el “cuico” de antaño). En los albores del profesionalismo fue una de las instituciones deportivas más importantes de Santiago, lo que refrendó en 1945 con su histórico título de Primera.
Torneo Primera División (1964)
Estadio Independencia
Santiago Morning 2 – Green Cross 1
Su declinación fue rápida: mientras las clases medias y altas eran seducidas por los emergentes equipos universitarios, los “pijes” grincrosinos pasaron a ser comparsas de los torneos nacionales y tras salvarse varias veces por secretaría terminaron por descender en 1958.
En 1962 el Green volvería a descender; regresó a Primera en 1964, convertido en un club sin sede, socios, campo de entrenamiento ni recursos. La foto de arriba corresponde justamente al torneo de ese año, el último que jugaron en Santiago. El partido, disputado en un abarrotado estadio Independencia como parte de una reunión doble, acabó con victoria de Santiago Morning. Los “pijes”’ usaron uniforme alternativo (su divisa tradicional era blanca con ribetes verdes). En ese campeonato terminarían decimoterceros entre 18 equipos.
Respaldada por el reciente asfaltado de la Carretera Panamericana, por esos años la Asociación Central de Fútbol se empeñó en la expansión del balompié a lo largo de Chile. Forzando la unión de viejos clubes locales, nuevos cuadros de provincia se sumaban cada temporada al Ascenso; los equipos santiaguinos de menor arrastre eran presionados para dar un paso al costado (para quedarse en la capital se les exigía acreditar un mínimo de socios o estadio propio).
Green Cross había mudado su sede a Ñuñoa y quiso sin éxito hacer de local en el pequeño estadio municipal de la comuna. Al cabo, su crítica subsistencia los obligó a aceptar un acuerdo extraño: la fusión con un cuadro provinciano.
El gestor del traslado grincrosino a Temuco fue el alcalde Germán Becker Baëchler, en cuyo honor -y mientras aún vivía- sería rebautizado el estadio local. Conocido con el jocoso apodo de “Indio Pije”, el nuevo equipo convocaría multitudes; llegados los años ’70, el interés decaería. La historia del Green Cross-Temuco amerita una futura entrega; resta decir que lo único que hoy queda del campeón chileno del ’45 es la Cruz de Malta que adorna el escudo de Deportes Temuco (pronto a regresar a la Primera B por la ventana).
Fotos: Archivo Revista Gol y Gol.