Dennis Stratton, décimo guitarrista que pasó por Smiler y Iron Maiden entre 1975 y 1979, contactó a Clive Burr para que hiciera una audición. Doug Sampson acababa de oficializar su renuncia de la banda por motivos personales y el puesto de batería estaba vacante.
Su ingresó oficial a Iron Maiden se concretaba en 1979, justo antes de registrar su primera referencia discográfica: The Soundhouse Tapes, una maqueta de tres temas grabada en honor al viejo club de Londres donde comenzaron el largo camino hacia la fama. “Iron Maiden”,”Invasion” y “Prowler” fueron esa primera muestra.
Radio Galaxia era una de esas pocas (en 1984, creo, Carolina hizo lo propio, también los domingos, a las 18 horas, con un programa auspiciado por Rockshop). Los domingos, a las 15 horas, dedicaba dos horas a difundir la música de Judas Priest, Motorhead, Grim Reaper, Tygers of Pan Tang, Angel Witch, Saxon, Ozzy, Black Sabbath, AC/DC, W.A.S.P. y, claro, Iron Maiden.
“Purgatory” fue el primer contacto con el mundo que estaba por conocer. Su vértigo me llamó la atención y la frase “Please, take me away, take me away, so far away…” jamás la olvidé.
Clive Burr, el nuevo integrante de Iron Maiden, era un tipo bonachón, talentoso tras los tambores de su Ludwig y con una disposición al trabajo como pocos. De ahí que su muerte, ocurrida el 13 de marzo, fuera lamentada por la mayoría de los músicos contemporáneos a la NWOBHM.
La grabación de Killers, segundo larga duración de Iron Maiden, sorprendería al joven Clive con el despido de su amigo, el guitarra Dennis Stratton. Era sólo el comienzo de una nueva etapa en la banda. En otoño de 1981 sería el turno de Paul Di Anno. La Doncella quedaba huérfana y el tiempo apremiaba.
Pero llegó diciembre. Tras presentarse como número principal en el Reading, Clive Burr anunciaba su partida. El ritmo de las giras y un par de discusiones con el jefe, Steve Harris, lo obligaron a dar por terminada su aventura. “Todo lo que puedo decir es que el tiempo que pasé con Iron Maiden fue realmente divertido, no tengo ninguna queja. Iron Maiden fue para mí lo adecuado en el momento adecuado”. Todo un caballero en el adiós.
El 13 de marzo, hace apenas una semana, Clive Burr fallecía en su casa acompañado de su familias tras luchar por años contra una esclerosis múltiple que, a la postre, le quitó la vida. Su principal legado a la música está ahí a la vista. Iron Maiden, Killers y The Number of the Beast. No hay mucho más que agregar. Son parte de la historia al igual que el joven Clive.
PALABRAS PARA EL AMIGO
“La tristeza me llenó esta mañana cuando leí estas noticias. Su estilo fue inspirador y los álbumes que grabó con Iron Maiden son hitos en mi educación musical”.
“Estoy tan triste de haber perdido a un viejo compañero. Me alegro de haber visto a Clive y a Mimi, su pareja, el año pasado. Que Dios te bendiga, compañero. Ahora podrás tocar con Mooney (Keith Moon) y (John) Bonham y todos los otros bateristas ahí arriba. El más grande amor de todos”.
«Hemos trabajado juntos en un proyecto llamado Desperado, entre 1988 a 1990, y compartimos grandes momentos musicales tristemente olvidados. Me siento bendecido por haber hablado con él hace unos días en su cumpleaños, recordamos algunas cosas… no faltaron las sonrisas. Una leyenda del rock n’ roll se ha ido, y el mundo de la música es más pequeño debido a ella. RIP Clive…”.