Tengo que reconocerlo. Llegué tarde a «Thick As A Brick». Recién lo escuché por primera vez en 1985. Fue en verano. Antes de partir de vacaciones pude grabarlo del vinilo que tenía un tío, en un cassette Maxell de 46. Sí, las mismas cintas donde te cabía justo un long play completo por ambos lados, ni un minuto más ni un minuto menos de grabación.
Quedé rendido. Ese verano en Pelluhue no paré de escucharlo. Me levantaba y acostaba escuchando a Ian Anderson y la frase aquella “really don`t mind if you sit this one out”, con flauta traversa, limpios arpegios de guitarra y hasta una sección de percusión metálica. Era increíble, 22:45 por un lado y 21:05 en el otro. O sea, 43 minutos, 50 segundos del mejor Jethro Tull, el más clásico.
Mañana, vaya coincidencia, Ian Anderson regresa al país por sexta vez para presentar la segunda parte del disco que tanto me cautivó hace 28 años, pero esta vez en plan solista.
«Thick as a Brick 2 – Whatever Happened to Gerald Bostock?» es el nombre de la gira promocional. El álbum se estrenó en abril de 2012, y al igual que la pieza original, está orientado al rock progresivo y sinfónico, con un cóctel de elementos folk, celtas y la característica flauta traversa de Anderson. Sin embargo, esta segunda parte está compuesta por una sola pieza de 54 minutos de duración, dividida en 17 movimientos conectados lírica y musicalmente.
Pero volvamos al disco original, la fuente original de la versión 2012 de Ian Anderson y su obra. Un niño inglés de 8 años, un pequeño intelectual llamado Gerald Bostock, escribió un poema llamado «Thick As A Brick», que desató la ira de la aristocracia inglesa por su fuerte contenido de crítica social. La noticia fue portada del diario The St. Cleve Chronicle, en cuya edición del viernes 7 de enero de 1972 se reprodujo íntegramente el polémico texto y que, a la postre, terminó siendo la tapa del disco.
¿Qué pasaba con Jethro Tull en esa época? La banda se había consagrado luego de la edición del fenomenal «Aqualung» (la otra cumbre en los ’70), con composiciones que a nivel de letras contaban con un potente contenido y musicalmente se fusionaban estilos como el rock, jazz y blues.
En una suerte de ironía, Ian Anderson y su grupo, es decir, Martin “Lancelot” Barre en guitarra, Jeffrey Hammond-Hammond en bajo, John Evan en teclados y Barriemore Barlow en batería, editan esta pieza maestra que emulaba a los épicos trabajos de grupos que reinaban en el escenario progresivo setentero, como Emerson, Lake and Palmer, Yes, King Crimson y Genesis.
«Thick as a Brick» original fue una declaración de principios de Jethro Tull: la propuesta fue recibida con aplausos de todos los sectores, tanto público como crítica, y hasta hoy se trata de su obra más inspirada y mejor lograda. En toda la carrera de la banda no hay nada comparable a esto. Insisto, junto a «Aqualung», la trilogía compuesta por «This Was» (1968), «Stand Up» (1969) y «Benefit» (1970) y uno que otro registro más próximo a los ’80, tipo «Minstrel In The Gallery» (1975), «Too Old to Rock ‘n’ Roll: Too Young to Die!» (1976) o «Heavy Horses» (1978) -perdón si omito alguno- el resto de la extensa discografía de Ian Anderson y su banda no representa precisamente la mejor muestra de su talento creador.