Para 1982, Ronnie James Dio ya era un veterano en la música, con pasos por Rainbow y en la reinvención de Black Sabbath. Su voz única encabezó la banda a la que le dio su apellido, y su disco debut aún hace eco en la formación no solo del metal, sino del rock y, por qué no, de lo popular. “Holy Diver” mantiene su vigencia incluso 30 años después de su lanzamiento. A pesar de pasar por varias formaciones, el “pequeño gigante” se las arregló para mantener su sitial intacto hasta su muerte. Desde el domingo 16 de mayo de 2010, el mundo lo extraña. Y quizás para siempre.