La historia y en particular el desarrollo del rock and roll durante sus cinco décadas, se construye de pequeños grandes detalles. Insignificantes, irrelevantes, carentes de espectacularidad. Sin embargo, sus consecuencias, como el presente relato, hablan de una historia como cualquiera, pero con personajes y situaciones clave.
A propósito del anuncio realizado la semana pasada por sus “Majestades Satánicas” confirmando su presencia en el festival de Glastonbury, el próximo 29 de junio, en el marco de la celebración de sus 50 años, vale la pena recordar dónde, cuándo y por qué comenzó esta historia.
La historia se sitúa en un vagón de ferrocarril que corría entre Londres y Dartford. Los jóvenes Mick y Keith intercambiaron sus preferencias, coincidiendo en su pasión por la música de color norteamericana. Blues y Rock & Roll eran sus favoritos y en cuanto a referentes citaremos a Muddy Waters, Robert Jonhson, Chuck Berry, Jimmy Reed y Bo Diddley.
Aunque la amistad no fluyó de forma inmediata, recordemos que Jagger era un promisorio estudiante de ciencias económicas y contabilidad y Richards un no muy convencido aprendiz de arte que gastaba su tiempo libre tocando guitarra, a poco andar volverían a intercambiar gustos musicales, pero ahora con un tercer personaje. Dick Taylor era amigo de Keith Richards y junto a Mick Jagger, aprovechando los mismos sueños, decidieron vivir juntos en la propiedad de este último en Londres. Nacía en 1960 Little Boy Blue & The Blue Boys.
Los seis integrantes originales de la banda fueron Mick Jagger en voz, Brian Jones y Keith Richards en guitarras, Dick Taylor en bajo, Ian Stewart en piano y Mick Avory en batería. Ese show fue el 12 de junio de 1962 en el Club Marquee. El setlist de aquella noche incluyó versiones de Jimmy Reed como “Bright Light, Big City”, Robert Johnson, Elmore James, Chuck Berry y Willie Dixon. Aquella noche comenzó la leyenda de sus “Majestades Satánicas”. Continuará.