El viejo adagio dice que la política es sin llorar… y vaya que es cierto.
El último que lo siente en carne propia es Laurence Golborne, quien luce como un paria, un desterrado luego del fallo de la Corte Suprema que condenó a Cencosud a indemnizar a clientes afectados por el cobro de cláusulas abusivas. Todo, cuando el candidato presidencial de la UDI se desempeñaba como gerente general de la compañía de Paulmann.
La vocera de Gobierno y su aliada incondicional, la ministra Evelyn Matthei, fueron implacables. Matthei, por ejemplo, le recordó que «todos tienen que dar la cara. Acá, en realidad, si uno es candidato tiene que responder de todas sus actuaciones en el pasado”.
Pero la mayor rudeza vino de parte de un ex rugbista, su oponente en campaña, y eventual aliado, Andrés Allamand. Con un tacle digno de sus mejores años, lo emplazó a dar explicaciones por lo que llamó “graves abusos” aclarando que su posición, “ha sido siempre de defensa de los consumidores ante los abusos de que son víctimas por parte de las casas comerciales». Y esto, no se lo mandó a decir con nadie.
Los de la UDI creen que Allamand se pasó de la raya, que usó fuerza desmedida… Pero son pataleos de ahogado, en este juego donde la cosa es sin llorar…