Se abrió la temporada de promesas…
Comienza abril y entramos en tierra derecha de las primarias. O en tierra de izquierda, si nos atenemos a las palabras que se le han escuchado a Michelle Bachelet desde que rompió su silencio el miércoles pasado.
Como precandidata del ala progresista de la Concertación, Bachelet está marcando diferencias con un discurso que deja a la derecha a su propio gobierno de hace cuatro años. El miércoles habló de luchar contra la desigualdad y hoy fue más lejos frente a un grupo de vecinos de Conchalí. La Bachelet de hoy luchará resuelta y sin ataduras por la educación gratuita en todos sus niveles. “Es ahora el momento de cambios estructurales, entonces en mi primera semana de campaña- señaló-, yo quisiera comprometerme con lo que va a ser mi prioridad de gobierno: necesitamos poner fin al lucro y la educación no puede ser un negocio”.
Y añadió la precandidata del PS-PPD que el primer proyecto que enviará al Congreso va a ser uno “para poner fin al lucro y avanzar en la gratuidad de la educación en todos sus niveles”.
Son las palabras de una candidata que debe luchar mirando al futuro, pero arrastrando un pasado que la tiene sobre un tejado de vidrio.
¿Y qué pasará si gana la primaria y debe incluir a otras voces como la DC en su programa? ¿Tendrá la misma libertad para hablar de tantos cambios? Nadie sabe. Porque aún Bachelet no acepta preguntas de la prensa. Aún, son intenciones. Son esbozos de campaña en la recién inaugurada temporada de promesas…