Es un tema que se tomó el debate y las redes sociales.
En el programa “Tolerancia 0” de anoche, el periodista Fernando Paulsen acusó al candidato presidencial de la UDI, Pablo Longueira, de faltar a la verdad al señalar que había votado por el SI en el plebiscito del ’88. Paulsen basó su argumento en un certificado oficial entregado por el Servicio Electoral que señalaba que el líder gremialista se había inscrito por primera vez en junio de 1989, es decir, unos 8 meses después del plebiscito.
Consultado en vivo sobre este antecedente, Longueira palideció. Y lejos de refutar tajantemente al periodista señaló no acordarse si había votado o no en octubre del ’88. Hasta ahí, parecía un golpe periodístico notable de Paulsen. Pero al día siguiente, Longueira contraatacó también con un documento del Servel que explica que Longueira se inscribió en noviembre de 1987 y que la fecha entregada en el certificado que usó Paulsen correspondería a un cambio de domicilio posterior al plebiscito.
¿Se equivocó Paulsen? ¿Falló su rigor periodístico? Yo creo que no. Más allá de las disculpas de caballeros, acá la labor periodística se hizo sobre la base de datos oficiales, de instituciones que debieran funcionar en pro de la transparencia de los poderes del Estado. Pero, al parecer, nuevamente están en tela de juicio…