Como su nombre lo anticipa, Unión La Calera es un equipo con varios padres: en su insignia multicolor justamente se reúnen las divisas de las seis instituciones que le dieron vida.
El impulsor fue el popular Cóndor, que desde fines de los ’40 quiso postular al profesionalismo: en vez de aceptarlo sin más, la Asociación Central de Fútbol (ACF) -siempre empeñada en el desarraigo de los clubes provincianos– los forzó a unirse a otros equipos para formar una escuadra «representativa de la ciudad».
Campeonato de Primera División 1964
Estadio Nacional
Green Cross 0 – Unión La Calera 3
Los más pequeños Tifón, Minas Navío y Calera Comercio se plegaron a la idea para dar vida en 1949 al Deportes La Calera (que vestía de azul). En paralelo -y con el idéntico fin de llegar al fútbol profesional- el poderoso Cemento Melón de la homónima localidad vecina se alió a sus primos del Minas Melón para formar Deportes Melón, que representaría a la poderosa empresa cementera de la zona.
Y así pasaron los años. En 1954, los archirrivales Deportes La Calera y Deportes Melón llegaron a enfrentarse ante la atenta mirada de dirigentes santiaguinos que debían elegir a uno de los dos como candidato a jugar en Segunda. Tras el partido, su obvia sugerencia fue una enésima fusión forzosa, que el 26 de enero de 1954 daría origen al ‘Unión de La Calera’ (el nombre “Deportes Unión La Calera” fue oficializado recién hace una década).
Junto a Coquimbo Unido, La Calera debe ser el equipo chileno profesional con más instituciones detrás de su fundación. Antes de aceptar al nuevo club en el Ascenso, sin embargo, los avispados de la ACF tuvieron otra idea peregrina: que el equipo calerano se fusionara con sus detestados vecinos de San Luis de Quillota. La sugerencia, por cierto, fue desechada por ambos involucrados.
En la primera directiva calerana participó como vicepresidente Nicolás Chahuán Nazar, quien reunió las cinco mil firmas necesarias para la postulación ante la ACF y en cuyo honor fue rebautizado el estadio municipal en 1988: el destacado dirigente había fallecido ese año al sufrir un ataque cardíaco luego de que un árbitro cobrara un penal contra su amado equipo. El estadio, por cierto, paradojalmente luce poco cemento en sus gradas, no ha experimentado casi renovación alguna en los últimos 40 años y hoy debe ser el recinto más desmejorado de toda la Primera División (aunque ya está en marcha un plan de remodelación).
Volvamos al inicio. Los cementeros fueron protagonistas del Ascenso durante toda la década de los ‘50 y subieron por fin en 1961 para quedarse por 13 años en la elite. Por sus filas han pasado próceres como Braulio Musso, Elías Figueroa, Osvaldo “Pata Bendita” Castro, René Meléndez y Marco Antonio Figueroa. La foto de arriba, datada en 1964, corresponde al triunfo rojo por 3 a 0 ante Green Cross (que justamente a fines de ese año iniciaría su mudanza a Temuco debido a su nulo arrastre en la capital, evidente en la imagen).
Foto: Archivo Revista Gol y Gol, Ignacio Espinoza.
Info: Héctor García W.