Una de esas historias que esconde el rock la mostró el New York Times con un artículo titulado “La víctima del rock and roll que se convirtió en héroe de guerra”, contando la historia de Jason Everman, quien fue parte de Nirvana y Soundgarden antes de que tocaran las puertas del éxito a comienzos de los 90, y que hasta el 2006 tuvo una destacada carrera como miembro del Ejército de los Estados Unidos.
Everman estuvo en la banda de Kurt Cobain cuando eran un cuarteto y tenían como baterista a Chad Channing, y fue quien pagó la deuda de 606 dólares por la grabación del primer disco, “Bleach”. No lo despidieron, sólo cancelaron una gira y se aislaron un tiempo, sin pedirle que volviera.
En 1990, entró a Soundgarden en reemplazo del bajista Hiro Yamomoto, girando pro Estados Unidos y Europa con ellos, siendo despedido cuando la banda regresó a Seattle: Chris Cornell pensaba que simplemente no estaba funcionando. Everman admite al New York Times. “Fue un golpe tremendo. Nunca tuve ningún tipo de advertencia”, contó sobre el hecho.
Al poco tiempo después, toma la decisión de ingresar al Ejército. “Militaba en bandas geniales, y se me ocurrió hacer la cosa menos cool que podías hace. Estaba un poco nervioso”, agrega Everman, quien describe su paso por fuerzas especiales como el estar en una banda.
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