San Luis nació el 8 de diciembre de 1919 en el seno del Instituto Marista quillotano. Al rebautizar el club en 1921, los estudiantes quisieron homenajear al sacerdote francés Louis Tiron: entusiasta del “sport” como camino a la vida sana, el reverendo participaba de cuanta competencia se desarrollaba en su colegio. Con su sotana arremangada, corría, cabalgaba y chuteaba el balón. Así fue como un día reunió en una sala de clases a los mejores alumnos y ex alumnos y les propuso formar un equipo de fútbol.
San Luis no se llama “Quillota Unido” y por eso parece un bicho raro dentro de la geografía futbolística nacional: es de los pocos equipos provincianos que han sobrevivido intactos desde su fundación (otros casos son Ñublense y Rangers). Siguiendo el modelo argentino o inglés, se trata del club más popular de su ciudad y así se impuso al resto. En general, la dirigencia chilena siempre ha privilegiado el modelo francés de fusiones forzosas.
En 1920 San Luis FC inició su vida activa en la tercera división de la liga quillotana. En los dos años sucesivos ascendió; así, en menos de una década, los amarillos eran ya la más importante institución deportiva local. En 1925 se integraron a sus filas dos cracks: Iván “Chincolito” Mayo y Óscar Alfaro, futuros seleccionados nacionales. Mayo llegaría a la cima de su carrera en Vélez Sarsfield; Alfaro se quedó en Quillota, donde su exquisita técnica es leyenda.
Entre 1927 y 1932 San Luis se consolidó uno de los más poderosos cuadros amateurs de la zona central. Se le apodó «El Derribador de Gigantes», pues fueron muchos los equipos nacionales y extranjeros que -pese a sus pergaminos- volvieron derrotados desde Quillota. Sin embargo, pasarían décadas antes de que los “canarios” fuesen aceptados en el profesionalismo. Recién en 1954 se integraron a Segunda División; subieron al año siguiente (en un infartante torneo disputado palmo a palmo con sus eternos rivales de Unión La Calera).
En 1957 San Luis cumplió la mejor campaña de su historia, terminando tercero apenas a cuatro puntos del Audax campeón. Sin embargo, la mala inscripción del jugador argentino J. J. Negri le significó la resta de 13 puntos y un insólito descenso. Hasta hoy se acusa a la Asociación Central de Fútbol de exagerar la severidad del castigo sólo para beneficiar a Universidad Católica, que debió haber bajado tras salir último de una liguilla junto a O’Higgins y Ferrobádminton. Aunque retornaría muy pronto a la elite, San Luis jamás volvería a terminar un campeonato de Primera en la mitad de arriba de la tabla.
En la foto de arriba, tomada en el Estadio Independencia y datada a mediados de los sesenta, se observa al orondo delantero quillotano Velasco. Durante esa década San Luis siempre fue candidato al descenso, que se concretó en 1967. Recién a comienzos de los ochenta los amarillos -con “Pato” Yáñez, “Pititore” Cabrera y “Pindinga” Muñoz como estandartes- regresarían fugazmente a Primera.
Fotos: Archivos Los Sports, Gol y Gol y Estadio.