Se ve como si Allamand lo hubiera hecho otra vez…
El líder de Renovación Nacional está convertido en un panzer de la política chilena. Me refiero a esos tanques alemanes capaces de avasallar lo que se les ponía por delante. El primero que cayó ante el avance de Allamand en su travesía por el desierto fue Laurence Golborne y, ahora, la que sucumbe en las arenas políticas del ex rugbista es su ex vocera, Catalina Parot. O, al menos, eso parece…
Derrotado por Longueira en la primaria, Andrés Allamand echó pie atrás en su idea de no postularse al senado para apoyar al líder de la UDI. Y su mirada se puso en el cupo Santiago Poniente que Catalina Parot ostentaba con impecables gigantografías donde resaltaban su sonrisa y sus muletas.
Andrés Allamand dijo que su decisión «era no postular y dedicarme a colaborar en la campaña presidencial», sin embargo, «a la luz de los resultados cambié de parecer».
Algo parecido pasa en el bando contrario con Camilo Escalona o con José Miguel Insulza, dos acorazados de la vieja guardia que también quieren pasar aplanadora para seguir en el senado. Es que los sillones de la Cámara Alta son cómodos, tibios pero muy escasos y las ganas de continuar -de varios- parecen ser bastante ilimitadas…