Uruguay le dará un ejemplo al mundo entero… Y será cuando la Cámara Baja apruebe la legalización de la marihuana. La votación es vista como trámite para que el Estado asuma la producción, distribución y venta controlada del cannabis, algo inédito en el planeta.
El gobierno de Pepe Mujica pretende, así, erradicar el narcotráfico, quitarle poder de acción a las drogas duras y, lo más importante, visualizar el uso de la cannabis desde la perspectiva de la libertad individual de los ciudadanos y también la de ayudar médicamente a aquellos que abusan de su consumo.
El Estado chileno, en cambio, ve el consumo de marihuana como una fechoría que hay que castigar con el rigor de la cárcel y el escarnio público. Tenemos un Estado que en vez de ayudar a prevenir y en vez de educar dentro de tus libertades, cae en una histeria de moral y represión propia de culturas fundamentalistas. Es un camino distinto al de Uruguay, de su pueblo y su clase gobernante. El rumbo del Estado chileno es más propio de las inquisiciones medievales que el del intelecto de la Ilustración…