El lunes ha estado agitado en el Servel…
En el último día de las inscripciones, el Servicio Electoral ha visto un desfile de candidatos de todos los calados. Pero la estrella del proceso terminó siendo el ex dirigente estudiantil Giorgio Jackson. Ello, por el blindaje que recibió de la Nueva Mayoría para dejarle libre el camino en Santiago Centro. Por las perversiones de un sistema electoral moribundo, Jackson tiene prácticamente asegurado un escaño en la Cámara Baja. Pero no de la forma en que un dirigente del emblemático movimiento estudiantil de 2011 se lo merece.
Pero una segunda polémica se incubó en el Servel, puntualmente en la figura de su director, Juan Emilio Cheyre. En su habitual columna dominical de El Mercurio, el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, cuestionó el silencio del ex Comandante en Jefe del Ejército y actual director del Servel, sobre la entrega que hizo de un niño de dos años a un convento de monjas. El hecho ocurrió en 1973, cuando Cheyre habría sido testigo del asesinato de los padres del menor a manos de militares.
Peña señala que actos como éstos no son del dominio privado o de la conciencia de Cheyre, sino de interés público al pertenecer al “drama de la memoria colectiva” de los chilenos.
Son dos polémicas, la de Jackson y de Cheyre, que se cruzaron en los pasillos del Servel. Muy distintas, por supuesto, pero que hacen reflexionar sobre lo que es correcto, sobre lo que es conveniente o lo que no se puede tolerar a la hora de ir construyendo nuestro sistema social…