Pedir perdón… perdón, la palabra que pareciera ser la más difícil de decir, según Bernie Taupin y Elton John.
Pocos Presidentes en ejercicio han dado la cara para pararse frente a su pueblo y pedir perdón. El más emblemático de todos fue el de Patricio Aylwin, a nombre del Estado, a todas las víctimas de violaciones de Derechos Humanos en la dictadura. Bachelet asumiría culpas del Transantiago y ahora el Presidente Sebastián Piñera pide “perdón” a la ciudadanía por los errores del Censo que fue dado a conocer como el mejor de la historia.
“Efectivamente”, dijo el Primer Mandatario, “se cometieron errores en la planificación y en la ejecución del Censo del año 2012 y quiero pedir humildemente perdón a todos los chilenos por esos errores”.
Es una actitud que enaltece luego de la arrogancia. Decididamente, la humildad y la prudencia siempre serán más enaltecedoras que la soberbia y la petulancia. Sobre todo en política, en el trabajo público, donde los resultados de una administración no sólo quedan en el balance empresarial, sino en el cariño y el corazón de quienes se gobiernan…