Bruce Springsteen ya está en Chile, preparándose junto a la E Street Band para las 4 fechas por Sudamérica, recorrido que comienza en Santiago este jueves 12 de septiembre en el Movistar Arena.
Durante esta semana, hemos repasado algunos de los grandes himnos de su carrera en los 70, los 80 (en dos partes) y los 90. Cerramos el recorrido con los nuevos clásicos que hemos conocido en el Siglo XXI.
My city of ruins (2000)
El 21 de septiembre de 2001 -a diez días de los atentados del World Trade Center-, Springsteen aparecía en televisión cantando lo que parecía una canción nueva, un tema soul titulado My city of ruins, “mi ciudad de ruinas”. Aunque muchos creyeron que lo había escrito para la ocasión, en realidad estaba dedicado a la decadencia de su natal New Jersey. En el fondo, las canciones tienen los significados que le damos a través del tiempo: es la bella elección de esta oración musical.
The Rising (2002)
Escrita poco después del atentado contra las Torres Gemelas, y cuando los ánimos de venganza comenzaban a acumularse lentamente en su país, Springsteen prefirió apelar a reconstruir, mirar adelante, vivir el momento, salir de la oscuridad… Fue en ese espíritu que grabó The Rising, canción que dio título a su primer álbum de los 2000. Un sueño que la guerra contra Irak pronto cortaría, muy a pesar de su creador.
Devils and dust (2005)
Al menos una vez en cada década, Springsteen deja a su banda de lado y se lanza a escribir canciones íntimas y acústicas. Sucedió en los 80 con Nebraska, en los 90 con The Ghost of Tom Joad y en 2003, cuando –después del triunfal The Rising- Bruce editó un puñado de canciones bajo el título Devils and dust… ¿Qué estaba exorcizando? Lo de siempre: demonios, pesares, historias, y claro, grandes canciones, como la que da título a esta colección.
O Mary don’t you weep (2006)
Rara es la ocasión en que Bruce Springsteen graba una canción que no es suya, pero en 2006 editó todo un álbum con material ajeno: We shall overcome, un tributo al gigantesco legado del folclorista Pete Seeger. Fue Seeger, de hecho, quien rescató O Mary don’t you weep no more, este bello negro spiritual de principios del siglo XX y que vuelve a revivir de la manos de Springsteen y sus amigos…
Radio Nowhere (2007)
Esculpir una canción como si fuera un bloque de concreto Esa ha sido la intención de Springsteen en sus grabaciones a partir de 2007, cuando editó –sorpresivamente- el álbum Magic. En plena era del PRO Tools y la grabación digital, la E Street Band y Bruce se jugaban por sonidos brutales, eléctricos, clásicos… La historia del rock está a la vuelta de la esquina con Springsteen y su Radio Nowhere.
Outlaw Pete (2009)
Quienes echaban de menos los relatos épicos del joven Springsteen, quedaron con la boca abierta en 2009, cuando -al inicio mismo del álbum Working on a dream- se encontraron cara a cara con Outlaw Pete, un relato del viejo oeste que crece y crece hasta alcanzar dimensiones de leyenda. Bruce la había diseñado para tocarla en vivo y aquí al tenemos, en su inmensa versión del Hyde Park, de Londres.
The wrestler (2009)
Buscando desesperado una canción para su película The wrestler, en 2008, Mickey Rourke decidió hablar con Springsteen. Habían sido amigos en los 80, pero no habían hablado en años. ¿Se interesaría en escribir algo? No tenían un centavo para pagarle Rourke le escribió una larga carta y la envió con el guión. Un mes después, Bruce lo invitó al backstage en el Giants Stadium y ahí, justo antes de entrar al concierto tomó la guitarra y le tocó a Mickey esta canción.
Wrecking ball (2012)
A fines de 2009, la E Street band tenía agendados una serie de conciertos en el Giants Stadium, en Nueva York. Bruce sabía que sería la última vez que la banda se presentaría en el titán de concreto, antes de una anticipada demolición, y para la ocasión escribió Wrecking Ball. El significado estaba a la vista: pocas cosas van quedando en pie con el paso de los años, pero muchas de esas se quedan en la memoria y otras en el corazón.
We are alive (2012)
¿Qué se hace con una carrera que entra en la quinta década? Hace un tiempo Springsteen escribió que el suyo es un largo diálogo con su audiencia, una conversación que atraviesa años, modas, estilos, vidas y que sólo se extinguirá cuando su voz se apague… Es el origen de We are alive, que toma prestado el riff de Ring of fire, el clásico country de Johnny Cash, y lo usa para celebrar, para encender el fuego otra vez.