Editorial de Freddy Stock, miércoles 25 de septiembre.
Algo acá no se hizo bien…
Finalmente, el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal absolvió de todos los cargos al ejecutivo del Banco Central, Enrique Orellana Cifuentes, acusado por su ex mujer de violar en reiteradas ocasiones a sus tres hijas menores de edad.
El fallo que declara inocente a Orellana fue unánime, al igual que el fallo que en abril de este año lo había encontrado culpable de abuso sexual a sus hijas y por lo cual había sido condenado a 60 años de presidio mayor. Según el mismo Cuarto Tribunal Oral en lo Penal, el ingeniero, además, había sido condenado a inhabilitación absoluta para cargos públicos, para ejercer la profesión y para derechos políticos; inhabilidad para ejercer la custodia o representación de sus hijas y prohibición para trabajar en contacto con menores de edad, mientras dure la condena. Adicionalmente, se le condenó a pagar un monto de $400 millones, por concepto de daño sicológico a las víctimas y a su madre.
Orellana y sus hijas han vivido un calvario. En una primera instancia, fue absuelto pero el tribunal de alzada ordenó repetir el juicio. Luego, en el segundo juicio, fue declarado culpable con los duros cargos ya descritos, pero la Corte anuló el fallo porque se presentaron peritajes fuera de plazo. Y ahora, y de forma inapelable, Orellana es declarado inocente. O sea, pasó de 60 años de condena a una completa inocencia en sólo cinco meses. Vaya bipolaridad de una justicia que está dejando dañados para siempre, más allá de su veredicto final…