1993. Febrero. Academy Studios, West Yorkshire. Anathema graba su primer disco. “Serenades” era el punto de partida de una historia que ni los propios hermanos Cavanagh, Vicent y Daniel, imaginaron dos décadas después.
Eran otros tiempos. El sello Peaceville Records, responsable del desarrollo de la escena doom y death metal en el centro norte de Inglaterra a fine de los ‘80, albergaba a engendros del género y derivados como Paradise Lost, My Dying Bride, Darkthrone, Autopsy y los suecos de At the Gates. Anathema, protagonista de la presente columna, también fue parte importante de esos inicios, con un desfile de otros músicos, partiendo por Darren White en la voz principal, Duncan Patterson y Dave Pybus en el bajo, Shaun Steels en batería, y Les Smith y Martin Powell en teclados.
Dueños de una propuesta oscura, depresiva y que por momentos rayaba en la angustia existencial, Anathema forjó su camino en base a la premisa de «ensayo y error». Claro, hubo más «ensayo que error» y el fruto de ese extenuante proceso derivó en discos de increíble factura como «The Silent Enigma», «Eternity», «Alternative 4», «Judgement», A Fine Day to Exit» y «A Natural Disaster», para enumerar una sucesión de buenos trabajos desde 1995 a 2003.
Pero ojo, cada registro es una banda distinta o, dicho de otra forma, una banda en constante proceso de evolución. Y eso es, precisamente, lo que representa «Universal», último trabajo de Anathema, editado en formato DVD y CD doble, que nos muestra a la banda de Liverpool en formato semieléctrico, acompañado por Orquesta Filarmónica de Plovdiv.
La historia es muy simple. Muchas bandas le temen a los cambios. Bueno, el género humano le teme a los cambios, pero Anathema jamás pensó con esa lógica. Y «Universal» es un ejemplo más de que para los hermanos Cavanagh no existen los límites. Al menos el CD doble del concierto registrado por la banda en el teatro romano de Plovdiv, en Bulgaria, nos muestra un ejercicio de madurez extremo ejecutado por seis músicos que han crecido en coherencia con el tiempo y sus inquietudes musicales.
«Universal» es la suma de muchas partes. Se concentra, mayormente, en «We’re Here Because We’re Here», «Falling Deeper» y «Weather Systems», sus tres últimos discos, editados entre 2010 y 2012, y nos muestra a Anathema en un formato que le viene bien y que le otorga otros colores a su propuesta, una mezcla, a estas alturas, de rock con tintes atmosféricos heredados de la mejor escuela impuesta por Pink Floyd y el sello propio, tan particular de su natal Liverpool.
Los arreglos de orquesta (que generalmente, son obviamente “agregados” como un pensamiento secundario cuando bandas de rock tocan en vivo), dan un valor agregado de emotividad a las canciones, llevándolas a un nivel etéreo que pocas agrupaciones surgidas bajo el alero de sonidos más extremos como el doom y el death metal pueden lograr, tras un largo camino de experimentación.
Eso supone «Universal”. Desde la misteriosa “Untouchable Part 2?, hasta “Dreaming Light”, pasando por clásicos como “One Last Goodbye” y “Fragile Dreams”. De verdad, no me extrañaría si “Universal” se transformara, con el paso del tiempo, en un registro imprescindible de la discografía de estos ingleses que mañana se presentarán por cuarta vez en el país y que, lo más seguro, vuelvan a congregar a sus fieles seguidores en el Teatro Caupolicán, en señal de admiración e incondicionalidad.
«Universal» cautiva de comienzo a fin, emociona y entrega esperanza, aunque para eso tuvieran que pasar veinte años y un permanente proceso de cambios en su propuesta musical. Así es el sello Anathema.