Por Héctor Muñoz Tapia
La portada de un disco suele ser tan importante como el conjunto de canciones que contiene: complementa el mensaje y es parte de un todo que el músico o la banda proponen a la hora de lanzar una nueva producción.
Sin embargo, hay algunos casos en los que la carátula de un álbum que conocemos no es la que originalmente se pensó para esa colección de temas. O se tuvo que cambiar. O tuvo más de una versión en el mundo. O, simplemente, algunas nunca vieron la luz.
A continuación, revisamos algunos de estos casos…
JIMI HENDRIX – ELECTRIC LADYLAND (1968)
Quizás este es uno de los pocos casos en que el artista quería una portada más “suave” que la que realmente salió. Mientras su sello tenía en mente a 19 mujeres desnudas (que, por cierto, tuvieron que sacar de circulación en muy poco tiempo), el zurdo guitarrista solo quería una foto en la que junto a sus compañeros, Noel Redding y Mitch Mitchell, compartiendo con niños en una plaza, en una foto tomada por Linda Eastman.
THE BEATLES – LET IT BE (1970)
El caso del disco que no fue y que terminó convertido en otra cosa: en mayo de 1970, un mes después de que Paul McCartney anunciara el fin de The Beatles, se lanzó “Let It Be”, el álbum que originalmente debía salir el primer semestre de 1969 bajo el nombre de “Get Back”, tal como lo estaba planeando Paul McCartney. Y este disco hasta tenía una buena idea para su carátula, cortesía de John Lennon: un homenaje a la de “Please Please Me”, con una foto tomada en el mismo lugar, pero en 1969. Una manera de volver a las raíces, tal como se intentó en esas fallidas sesiones de enero del 69.
THE ROLLING STONES – STICKY FINGERS (1971)
La portada definitiva del primer disco de los Rolling Stones lanzado bajo su propio sello fue diseñada por Andy Warhol y tenía la foto de unos pantalones con un cierre real puesto encima. Nada del otro mundo, y hasta innovador. Sin embargo, esta carátula fue considerada muy ofensiva por el régimen de Franco en España, y se decidió lanzar el disco con una tapa más macabra: los dedos de una mujer puestos en una lata abierta. Por supuesto que esa edición ya es de colección…
METALLICA – KILL ‘EM ALL (1983)
El debut de Metallica cumplió 30 años a fines de julio, y sigue sonando tan fresco como en 1983, cuando circulaba en cassettes casi de mano en mano y vinilos por todas partes. Pero la banda no solo tenía una idea distinta para su portada, sino que otro nombre: “Metal Up Your Ass”. Y de haber hecho las cosas a su voluntad, así se habrían presentado al mundo…
BON JOVI – SLIPPERY WHEN WET (1986)
El álbum que consolidó el ascenso de Bon Jovi en los 80 pasó por una serie de cambios de nombre, y una idea de carátula rechazada. La idea original era poner a una chica con una camiseta mojada encima. Fue rechazada por Jon Bon Jovi porque no le gustaba el borde rosado, aunque salió en el mercado de Japón.
GUNS N ROSES – APPETITE FOR DESTRUCTION (1987)
Sin duda que Guns N Roses entregó al mundo uno de los mejores discos debut de la historia de la música popular en “Appetite For Destruction”, un álbum que conocimos con las calaveras y siluetas dibujadas de sus integrantes posadas sobre una cruz. Una tapa más “familiar” que la original: la pintura de Robert Williams llamada precisamente «Appetite For Destruction», que muestra a una especie de vengador robótico en un futuro tras el colapso nuclear». O al menos, eso se entiende al verla…