“Amigos siempre amigos” era uno de esos típicos estelares de los 80 que comenzaban con la presentación de un locutor en off que anunciaba que el espacio era presentado con “el gentil y alto auspicio” de los auspiciadores de turno.
Lo animaba Antonio Vodanovic y fue un proyecto que TVN se propuso para llevar este tipo de programas a las regiones del país. El menú musical era el de la época: Rocío Jurado, Florcita Motuda, Buddy Richard, Sandro, Pedro Messone, Nydia Caro, Antonio Prieto y para gran sorpresa de todos los que pudimos verlo en vivo ¡Los Jaivas!
En mi imaginación infantil-adolescente Los Jaivas eran como unos superhéroes capaces de todo. En octubre de 1981 Canal 13 había exhibido el documental Alturas de Machu Picchu y dos años después llegaban a la Antártica para convertirse en protagonistas de una nueva hazaña. El libro de records Guinness consigna la aventura como el primer programa realizado en el continente blanco.
Allí aterrizaron Los Jaivas, un día como hoy, hace exactamente 30 años, abordo de un avión Hércules de la Fuerza Aérea de Chile. Las imágenes se grabaron en la isla Rey Jorge y el programa se estrenó en diciembre de 1983.
El grupo cerraba un año extraordinario que había comenzado con sus memorables conciertos en el teatro Caupolicán, la actuación en el festival de Viña del Mar y una extensa gira por Europa y la Unión Soviética.
El año pasado en una entrevista con el sitio Prensa Antártica, Eduardo Parra contaba que esta invitación de Televisión Nacional también incluía la filmación de imágenes para el proyecto “Atomic City”:
“Desgraciadamente por no haber firmado un buen contrato donde se especificara punto a punto todas nuestras necesidades, tuvimos una respuesta negativa de TVN cuando al regreso quisimos proseguir con la filmación de “Atomic City”. Tampoco podíamos usar las mismas imágenes que se conocen porque estas pertenecían a TVN y nos vendían muy caro esas imágenes. El proyecto “Atomic City” era en realidad el proyecto de guión de una película evidentemente musical que trataba de un grupo de músicos establecidos en Europa y que cansados de la polución y ante el alerta de un planeta en destrucción deciden ir a refugiarse a la Antártica para pasar la catástrofe ecológica que se venía encima. Hibernarían 100 años y después regresarían a la civilización cuando del desastre quedaran solamente ciertos vestigios. Una manera de preservar la humanidad. Era un argumento simbólico bastante adelantado para la época”, comentó Parra.
A pocos días de que Metallica repita la experiencia en las inmediaciones de la base argentina Carlini, vale la pena reivindicar lo que Los Jaivas hicieron hace 30 años en la base Teniente Marsh de la FACH, a 1.200 kilómetros de Punta Arenas. Ese piano entre los témpanos, aquellas imágenes registradas con 24 grados bajo cero y la hilarante secuencia de Los Jaivas vestidos de frac, caminando como pingüinos, demuestra la genialidad de una banda única, grande y nuestra.