Como vimos en la revisión sobre los viejos estadios de Primera, al inicio de la temporada ‘62 la Asociación Central de Fútbol (ACF) había vetado el uso del misterioso “Estadio de Ñuñoa” para los partidos oficiales del Green Cross. El recinto municipal, sin embargo, aparentemente sí acogería al fútbol profesional ese año.
De los 12 militantes del Ascenso, 11 poseían cancha propia como exigían las bases. El único errante era Iberia: según la revista Gol y Gol, ese año aprovecharían el vacante estadio ñuñoíno. Se desconoce si al final alguna vez los blanquiazules jugaron en ese recinto, aunque todo parece indicar que no.
La lista de estadios es la siguiente:
– Coquimbo (Coquimbo Unido): 8.500 asientos
– Los Andes (Transandino): 7.500
– Chillán (Ñublense): 6.500
– San Antonio (SAU): 6.000
– Curicó (Luis Cruz Martínez): 4.500
– San Fernando (Colchagua): 4.500
– Linares (Lister Rossel): 4.000
– Militar (Municipal): 4.000
– Universidad Técnica (UTE): 4.000
– Maestranza (San Bernardo Central): 4.000
– Fernando Gualda Palma (Valparaíso Ferroviario): 3.500
– Ñuñoa (Iberia): 3.000
El recuento arroja varias sorpresas.
De acuerdo a la crónica, ese año Lister Rossel había decidido cambiar su nombre a «Provincial Linares» (lo que al cabo no ocurrió). Colchagua aún se llamaba «Deportivo Colchagua»; «Transandino» todavía tenía esa «N» extra y jugaba en el estadio Ferroviario de Los Andes, demolido en los años 80.
El estadio del Valparaíso Ferroviario (ex Unión Limache Ferroviario) no estaba en el puerto sino en las maestranzas de Limache. Hoy es el estadio municipal de esa localidad.
Municipal haría de local en el antediluviano Estadio Militar, que sirvió al fútbol santiaguino por más de medio siglo y aún pervive en el barrio Rondizzoni.
El Maestranza de San Bernardo es el mismo estadio Vulco donde Magallanes intentó afincarse en más de una ocasión.
En la foto de arriba se ve a un alborozado jugador de la UTE celebrando un gol en el incómodo estadio universitario; al fondo, la recién erigida Villa Portales. Abajo, vemos a Iberia y Municipal jugando en San Eugenio: al cabo, pese a todas las disposiciones de la ACF, el fútbol chileno seguía jugándose en cualquier parte.
Fotos: archivo revista Gol y Gol.