El mundo del rock está de fiesta… El guitarrista vivo más importante del planeta cumple hoy setenta años de edad…
Jimmy Page, ese que abrió senderos insospechados empuñando su Gibson Les Paul luce intacto, sólido, imperecedero. Jimmy Page, como un puñado de chamanes del rock, burlan las décadas para demostrarnos que el tiempo no existe cuando se vive de la pasión, cuando se respira por lo que se anhela, por lo que se siente.
Con Led Zeppelin, Jimmy Page le dio al rock eso que luego se conocería como intensidad. Lejos de la energía desbordante o del riff estridente por sí solo, Page descubrió la esencia de las luces y de las sombras, de la energía siempre al servicio de la intensidad. Gracias a esa fórmula inédita en la alquimia del rock, creo pasajes asaltados por la neblina y otros alumbrados por la fantasía del riff desesperado, del acorde demoledor.
No es casual que en sus primeros años haya tomado como escuela el blues norteamericano, el que nació en el delta y se desarrolló muy al norte, en Chicago. La profundidad del blues fue su sello interpretativo y su actitud honesta hacia el escenario.
Los biógrafos dicen que antes de formar Led Zeppelin en 1968, Jimmy Page se matriculó en la academia de Bellas Artes con la idea de ser pintor. Un pintor… eso es Jimmy Page, un creador de paisajes, un hacedor de toda una acuarela de sonidos, un surrealista de pinceles en forma de cuerdas, de colores que parecen canciones y de escaleras capaces de tocar el cielo… Jimmy Page cumple 70 años. Los celebramos con respeto, lo aplaudimos con admiración…