Y se acabaron las vacaciones…
A partir de hoy, la Presidenta electa retomó sus funciones para afinar los detalles del traspaso de mando del próximo 11 de marzo. Michelle Bachelet reanudó contacto con su equipo político, encabezado por el futuro ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo y puso a andar la maquinaria para una faena que parece titánica: cumplir, en sólo cuatro años, con una administración en la cual se han depositado todo tipo de expectativas. Bachelet promete un antes y un después; promete ser la líder de una nueva coalición, de una Nueva Mayoría, que lleve adelante un programa que rompa con el statu quo, que pretende reformas que hasta hace pocos años, parecían simplemente irrealizables, dignas de los que «fuman opio».
Bachelet retoma su trabajo con varias promesas por cumplir en sus primeros 50 días de Gobierno. Una labor que habla de reformas estructurales tributarias y de Educación. Su programa quiere sintonizar a La Moneda con la calle, con la sociedad, con el nuevo sentir de lo que es justo y ciudadano… El tiempo dirá si realmente -en esta segunda oportunidad- Michelle Bachelet podrá marcar un precedente como estadista… o si sus promesas terminarán siendo sólo un fumadero de opio…