«Pasar la aplanadora»… ese es uno de los conceptos que más se escucharán desde la oposición de aquí en adelante: «pasar la aplanadora»…
Ello, porque la mayoría en el Parlamento, le permite al oficialismo aprobar varios puntos de su programa sin necesidad de transar demasiado, lo que, por supuesto, incomoda a la Alianza. Esta mañana, la oposición volvió a utilizar el concepto de la «aplanadora» para criticar la suspensión de tres proyectos sobre educación que dejó el ex Presidente Piñera en el Congreso.
El senador UDI, Hernán Larraín, le mandó una carta a la ministra de la Segpres, Ximena Rincón, donde dice que, «Por razones de buena política, de buen criterio, de sentido común, queremos que no retiren los proyectos»… Y añade que, «creemos que esto ayuda a reforzar el clima de convivencia que queremos instalar en el Congreso, entre el Gobierno y nuestra oposición”.
Pero las mayorías dicen otra cosa, dicen que hay un programa que fue favorecido y promesas que esperan se cumplan. Aunque el vocero de La Moneda, expresó el viernes pasado, respecto del matrimonio igualitario, que La Moneda abrirá debates y que en materias como ésta, «no se trata de que un sector imponga posturas» sobre otros…
¿Cuándo habrá aplanadoras legitimadas por la mayoría?, ¿cuándo se abrirán debates de todos los sectores para no imponer ideas a otros? El debate o la aplanadora, esa pareciera ser la cuestión, mi querido Hamlet…