Editorial de Freddy Stock, jueves 27 de marzo.
Nadie dijo que esta cuestión sería fácil…
La reforma a la Educación está cruzada de todo tipo de batallas. Desde las decimonónicas representadas en la lucha de laicos y confesionales hasta las de la modernidad del mercado de hoy, que tiene que ver con ideologías partidarias, intereses de todo tipo de grupos de poder y las defensas de una que otra bonanza económica… Acá, en los campos de la Educación, la retroexcavadora del senador Quintana dejaría ríos de sangre…
La Iglesia defiende su terruño que ha ido avanzando ante la destrucción de la educación pública, al igual que los dueños de colegios particulares. Y en la Educación Superior, hay tres claros grupos que se muestran los dientes ante el financiamiento que promete la reforma de l Presidenta Bachelet… Primero están las universidades estatales agrupadas en Cuech, que alegan su preferencia evidente ante al Estado. Pero alzan la voz las del G9, aquellas privadas pero con sentido público, como las Católicas y la Universidad de Concepción diciendo que las estatales del Cuech rompieron las confianzas. Claro porque las del Cuech y las del G9 están agrupadas en el Cruch. Y el Cruch está para hacerle frente corporativo a las privadas que han subido el calibre de sus ataques al ministro de Educaciónr en la voz del rector de la Adolfo Ibáñez, Andrés Benitez y del rector de la Diego Portales, Carlos Peña.
Todos peleados con todos donde hay mucho en un juego. Y surgen académicos escribiendo columnas agazapados en la intelectualidad pero representando ideas mezcladas con intereses. Es que cuando se hacen tortillas de esta envergadura y trascendencia, hay que romper muchos huevos de paradigmas prehistóricos…