Por Héctor Muñoz Tapia
Fotografía: Juan Pablo Quiroz, RockAndClick
Si lo vemos desde la vereda de las guitarras, los riffs y la potencia, el pasado fin de semana de Lollapalooza Chile 2014 fue una cita en la que el viejo y querido rock and roll encontró su merecido espacio.
El festival que vivió su cuarta edición en nuestro país mantuvo su visión global de la música y en ese contexto el rock no podía estar ausente de la cita. Este año, había sobrados motivos para dejarse caer en la explanada, recorrer el parque, sorprenderse con nuevas voces y renovar votos con los nuevos clásicos.
A continuación, un resumen de lo que vimos en Lollapalooza Chile 2014 con los ojos del rock:
NINE INCH NAILS – LA MÁQUINA IMPARABLE
Sabíamos a lo que íbamos. Trent Reznor comandaría un show que nos atacaría por todos los sentidos. Y así fue. En tan solo 90 minutos, y una vez que era de noche en Santiago, Nine Inch Nails barrió con todas nuestras almas a punta de perfección sonora y visual. Delirio puro dentro del espiral de una máquina que nadie podía detener, comandada por un Reznor en control absoluto de nuestra atención.
RED HOT CHILI PEPPERS – EL PODER DEL JAM
El que fue el quinto show de los californianos tuvo la no tan fácil misión de seguir el demoledor set de Nine Inch Nails. Pero a la banda no le faltan hits y tampoco fanaticada. En una hora y 45 minutos, jugaron con la extensión de sus canciones, un himno tras otro, recordando que tienen su lugar más que ganado en el Salón de la Fama del Rock and Roll. Mención aparte para el protagonista de la sesión, el bajista Flea. Es su banda y se nota.
JAKE BUGG – RENOVACIÓN DE RAÍCES
Jake Bugg tiene apenas 20 años, pero la tiene más clara que casi todo el mundo. Al joven de Nottingham sólo le bastó colgarse una guitarra acústica para hacernos viajar por el tiempo y mostrarnos una pincelada de cómo tocaban esos grupos de skiffle en Inglaterra a fines de los 60. Y cuando tomaba la Telecaster, derribaba el piso. Una suerte verlo comenzando la que debería ser una fructífera carrera.
PIXIES – AQUÍ MANDA BLACK FRANCIS
Sin duda que Pixies es una de las bandas que más ha influido en las nuevas generaciones. Y si tuvimos la suerte de verlos reunidos el año 2010, en esta pasada fue distinto. Con Paz Lenchantin en el puesto del bajo, Black Francis asume el control total del combo, reflejándose en el sonido y la disposición de la banda sobre el escenario. De todas maneras, sus clásicos incombustibles nos demolieron como siempre.
ARCADE FIRE – LA ANTORCHA DE LA ÉPICA
Si hay una banda capaz de lograr estatura de épica en un escenario, tal como antes lo hizo U2, esa es Arcade Fire. El combo de canadienses encabezados por Win Buttler logra emocionar de principio a fin y mostrar que tienen las cosas claras: un homenaje a los Pixies y los respetos a Johnny Marr bastaron para dejarnos en claro que Arcade Fire representa de forma legítima al futuro del rock. Un número que hace un rato que ya está para cerrar cualquier festival en el mundo.
SOUNDGARDEN – UNA PRIMERA CITA QUE TOMÓ 20 AÑOS
Desde que aquel primer día de 2010 anunciaron su reunión, siempre mantuvimos la esperanza de ver por fin a Soundgarden. Y por eso, describir lo que se sintió la noche del domingo 30 de marzo de 2014 es difícil. Por un lado, sentir que se cerraba un círculo. Y por otro, ver a una banda que podríamos haber presenciado en otras circunstancias. Con un Chris Cornell cuidando la voz y un buen desempeño de Matt Chamberlain ”parchando” al ocupado Matt Cameron, Soundgarden pudo cumplir y encantar en 2 horas. Y, ojalá, verlos nuevamente en un show propio, y con formación completa.