MALDITO ROCK AND ROLL

All we need is Paul

No todos los días se tiene una cita con el músico vivo más importante del mundo. Con uno que fue capaz de crear nuevas y definitivas reglas para la música popular.

Equipo Futuro |

Paul McCartney

Paul McCartney

No todos los días se tiene una cita con el músico vivo más importante del mundo. Con uno que fue capaz de crear nuevas y definitivas reglas para la música popular. Y con la misma vigencia que hace 5 décadas. Eso es en la actualidad Paul McCartney, que el martes 22 de abril dio el primero de 2 shows seguidos en el Movistar Arena.

Algunas reflexiones sobre el primer show de Paul McCartney en el Movistar Arena.
Por Héctor Muñoz Tapia
Fotos: Juan Pablo Quiroz

No todos los días se tiene una cita con el músico vivo más importante del mundo. Con uno que fue capaz de crear nuevas y definitivas reglas para la música popular. Y con la misma vigencia que hace 5 décadas. Eso es en la actualidad Paul McCartney, que el martes 22 de abril dio el primero de 2 shows seguidos en el Movistar Arena.

Con una energía sorprendente a sus 71 años, sir Paul se despachó 39 canciones en 2 horas y 45 minutos, repasando los clásicos incombustibles de The Beatles, joyas notables de Wings y lo mejor de su camino como solista, desde el primer álbum de 1970 hasta “New”, modelo 2013, con la misma vigencia que hace 4 o 5 décadas. Un verdadero privilegio que es obligación para todo aquel que ha escuchado música en su vida.

Lo que sir Paul es capaz de hacer sobre un escenario es conmovernos hasta la médula con miles de momentos que vemos, escuchamos y canalizamos en nuestros espíritus. Es capaz de hacernos llorar con tan solo escuchar alguno de los acordes de “Blackbird”. Es capaz de hacernos sentir la majestuosidad de una como “Maybe I’m Amazed”. Es capaz de arriesgarse con algo imposible de reproducir perfecto en vivo como “Being For The Benefit Of Mr. Kite” o “Lovely Rita” del “Sgt Pepper” de los Beatles. Tocar temas modelo 2013 como “New” o “Queenie Eye” y que se sientan totalmente integrados con el resto de sus clásicos. Es capaz de barrer el piso con todo en “Live And Let Die” y “Helter Skelter”, que demuestran que la fuerza de los riffs siempre ha sido parte de su camino en la música. Y es capaz de sellar un encuentro perfecto con ese monumento que es el medley de “Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y “The End”.

Y es curioso que el ícono del bajista zurdo que sostiene un bajo Hoffner queda atrás al lado del hombre al piano y, especialmente, del guitarrista furibundo e intenso que siempre ha sido MCartney. Cierra la maratónica velada con una Gibson Les Paul tradicional al hombro. Despide el set mostrando qué fue lo que dejó enganchado a John Lennon en julio de 1957. Paul también es un héroe de la guitarra. Es el héroe de todos. All we need is Paul.

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