Este tema se está escapando del debate educacional… Y lo trae El Dínamo, diario electrónico que señala que el 70% de las donaciones que hizo el empresariado durante 2013 a la educación superior, se reparten sólo entre tres universidades: la Universidad Católica, la Universidad de Los Andes y la Universidad del Desarrollo.
Lo cuestionable es que estos dineros son de todos los chilenos, o, en rigor, dejan de percibir todos los chilenos. Según explica El Dínamo, «entre los donantes aparecen bancos, mineras, inmobiliarias y varias empresas ligadas a los principales grupos económicos del país. Sin embargo, las millonarias ofrendas están lejos de ser un acto de filantropía. La Ley 18.861 de Donaciones a las Universidades -herencia de la dictadura- establece el beneficio de poder rebajar como un crédito una determinada parte de los montos donados a las instituciones reconocidas por el Estado».
Y dice la ley que los contribuyentes que otorguen donaciones a las instituciones de Educación Superior podrán descontar de los impuestos señalados en el inciso primero hasta un 50% de dichas donaciones.
Hay casos en que los grupos son dueños de esas universidades y, claramente, comparten el sesgo ideológico y confesional de esas casas de estudio. Una cosa es donar dinero propio pero otra es entregar a dedo platas que estaban destinados a todos chilenos. Un tema interesante, sobretodo ahora, cuando la propia Universidad Católica lidera el debate sobre cómo deben repartirse los dineros fiscales en la Educación Superior…