Es una polémica de homenajes… Este mediodía en la Cámara de Diputados se votó finalmente contra el lucro, pero la noticia se desvió hacia otro lado. Debido a la conmemoración de un nuevo aniversario del asesinato del senador Jaime Guzmán, la UDI pidió un minuto de silencio en recuerdo de su líder. Todos se pararon en el hemiciclo, excepto Camila Vallejo. Después, la diputada del PC explicaría que no estaba para rendir homenajes, «a una persona que creo que fue dañina para la democracia en nuestro país».
Lo curioso es que sí se puso de pie el resto de la bancada de su partido e, incluso, la propia diputada Maya Fernández, pese a que Jaime Guzmán fue artífice intelectual y defensor de la dictadura que derrocó a su abuelo, el Presidente Salvador Allende.
La clase política se enfrenta muchas veces a estas encrucijadas entre lo que se cree y lo que se debe. Y es ahí donde esa clase política tiene que dar muestras de reflexión, de grandeza, de ponerse por sobre los hombres comunes que depositan su confianza en ellos. Tras esa reflexión, tras ese acto de responsabilidad ante la investidura entregada por el pueblo, se actúa en consecuencia con los valores de la democracia. Más allá de los supuestos homenajes o los gustos particulares…