Este es un debate endémico en nuestra historia como República… Y tiene que ver con la profundidad que representa el Estado Laico… No sé si es casualidad pero hoy, en El Mercurio, hay dos cartas que sugieren al Estado ayudar con sus aportes a establecimientos confesionales, puntualmente católicos.
Una de ellas es de la directora ejecutiva de la Fundación Educacional Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, quien en el marco de las reformas tributarias para apoyar a la educación, reclama «con fuerza», dice, «que se reconozcan la importancia y los aportes que la educación católica ha tenido, tiene y seguirá teniendo en nuestro sistema escolar». Y solicita que se ayude a establecimientos subvencionados como el suyo, «por el bien de la libertad de enseñanza».
En igual plano argumental escribe otra carta el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez. Como todo rector de la UC, Sánchez fue elegido por el Papa para dirigir un establecimiento que tiene en su declaración de principios la misión de «anunciar el evangelio» y ser, como Universidad, un «instrumento del Pueblo de Dios». El rector de la UC llama a velar por un Estado pluralista y que, dentro de ese pluralismo, dé su aporte a instituciones como las suyas… Interesantes peticiones para un Estado que es laico y que define, precisamente, ese laicismo como el respeto y la independencia frente a todas las creencias. Porque, finalmente, los dineros del Estado son de todos los chilenos, quieran o no ser parte de las tareas de una Casa de Dios…