La vida se encarga de dar segundas oportunidades… A veces, cometemos un error que cuesta caro, un tropiezo que nos hace rompernos el alma contra el piso. O dejamos pasar esa jugada que nos hubiese cambiado el destino. Pero no es el fin del ciclo. A veces, ese momento desafortunado es el punto en una rueda que volverá a pasar delante tuyo. Entonces, cuando eso ocurra, el error se podrá enmendar y ese acto será reconocido como crecimiento, como experiencia, como un ejemplo de sabiduría adquirida.
El gobierno de Bachelet es el de la segundas oportunidades. Curiosamente, su primera administración terminó con una catástrofe que vino del Sur, una que dejó en evidencia nuestra precariedad y una compleja ineptitud ante un suceso de estas características. La Presidenta Bachelet era la continuadora de una coalición desgastada desde sus cimientos ideológicos, sin épica, sin otro norte que la mantención del poder. Y ahora, en este Chile, la Presidenta Bachelet comienza esta segunda oportunidad con otra catástrofe, una que viene ahora del Norte, y que le da la posiblidad de demostrar lo aprendido, la sabiduría adquirida después de un fracaso doloroso.
La rueda del destino vuelve a girar para la Presidenta Bachelet. En una extraña casualidad, la tierra tiembla nuevamente para ponerla de frente ante la tragedia, para poner a prueba su liderazgo, ahora ante un país que le dio esta segunda oportunidad…