Esto es, nivelar hacia abajo… Es lo que están sufriendo los llamados «liceos emblemáticos», es decir, aquellos establecimientos fiscales que escapan a la lamentable realidad educacional del resto de los municipales.
Primero fue la elaboración de parte del Consejo de Rectores del llamado ránking de notas como proceso de admisión de las universidades que controlan, muchas de ellas de todos los chilenos. Y ahora, se ha instalado desde el Ministerio de Educación la idea de terminar con los procesos de selección para ingresar a estos liceos, que logran competir con los colegios particulares más caros. Como varias preguntas sin respuestas, no se sabe cómo se hará para llenar pocos cupos con la gran cantidad de familias que esperan matricular a sus hijos en estos liceos. ¿Será sorteo?¿Será por orden de llegada? ¿Una yimkana? o, como quería el ex alcalde Labbé con sus liceos de Providencia, ¿que sean llenados por niños de la comuna?
Los liceos emblemáticos deben ser incentivados como faros a dónde llegar, deben ser cuidados como la imagen a seguir y no destruirlos para que se parezcan al resto. Es como si Chile quisiera hacer caer a los países desarrollados para surgir en la OCDE. Los liceos emblemáticos deben desaparecer, al menos conceptualmente, cuando sean uno más de tantos liceos buenos repartidos por Chile. Pero para eso hay que trabajar a muy largo plazo, porque tratar de mutilarlos es una actitud que parece esconder raras intenciones ideológicas; talvez sesgos de envidia o, lo que sería más lamentable, un arrebato burocrático que apunta a nivelar hacia abajo… que es lo más cercano a la mediocridad…