Escucha el programa a continuación…
BLOQUE 1
Unas cuantas cosas importantes ocurrieron en 1961, no muchas de ellas buenas para Estados Unidos. En esos días, el país estaba en competencia directa con la entonces llamada Unión Soviética. Imagínenselos como equipos de fútbol, ex aliados en la segunda guerra que después separaron aguas por “razones filosóficas” que en realidad tenían que ver con el poder y la política. Es mucho más fácil gobernar con el miedo, en vez de planear las cosas y tener ideas. Y para gobernar con el miedo tienes que tener un enemigo cuyo poder debe estar en el rango de lo ridículamente gigantesco y lo totalmente ficticio. Les suena familiar?En fin, Estados Unidos ya había sido humillado cuando los soviéticos pusieron en órbita el primer satélite y ello se repitió el 12 de abril del 61, cuando los Soviéticos llevaron al espacio al primer hombre, Yuri Gagarin. América haría despegar a Alan Shepard en junio, pero era demasiado tarde. Shepard no obtendría respeto hasta diez años más tarde, cuando jugó golf en la luna. Y eso fue sólo el comienzo: cinco días después de lo de Gagarin, el país sufrió un fracaso digno del top ten, con la Invasión de Bahía de Cochinos, un amateur intento de derrocar a Fidel Castro que, tras ser rechazado, convirtió al tipo en un héroe latinoamericano para siempre. Y para coronarlo todo, Kruschev, el premier soviético, autorizó a Alemania del Este a erigir el Muro de Berlín y de paso cerrar fronteras, porque la gente se les estaba escapando apenas tenía la oportunidad. Por qué los americanos permitieron que eso sucediera? Quizás ocurrió demasiado rápido, o tal vez Kennedy se dio cuenta que, a la larga, todo eso haría ver peor a los Soviéticos a los ojos del mundo. Al final de todo, unas 500 personas habían muerto tratando de cruzarlo y hubo familias separadas durante casi 40 años. Como dijo el ex secretario de prensa Dean Anderson al historiador Arthur Schlesinger: “tomando en cuenta que Dios limitó la inteligencia del hombre, es injusto que –al mismo tiempo- no haya limitado la estupidez”.
Anytime At All (The Beatles)
Open My Eyes (The Nazz)
Circumstantial Evidence (Stiv Bators)
Don’t Hold Back (Mahalia Barnes & the Soul Mates)
Killing Floor (Howlin’ Wolf)
Can You Please Crawl Out Your Window? (Roger Daltrey & Wilco Johnson)
Iniciando nuestro recorrido por el año 1961, partíamos con un outtake del primer filme de los Beatles: tan increíbles eran las canciones de la película que Anytime At All se quedó fuera, aunque figura al principio de la cara B, del disco oficial. Luego, y desde Filadelfia: Open My Eyes, por The Nazz, un temazo escrito por el entonces joven Todd Rundgren; luego viene Circumstantial Evidence del gran Stiv Bators y Don’t Hold Back, Mahalia Barnes & the Soul Mates, hija de Jimmy Barnes y sorprendentemente similar en su registro a Aretha Franklin. Killing Floor el clásico de Howlin’ Wolf, con Wolf en voz, Hubert Sumlin en guitarra, Lafayette Leake en piano, Buddy Guy en guitarra acústica, Andrew McMahon al bajo, Sam Lay en batería, Arnold Rogers en saxo tenor y Donald Hankins en saxo barítono. Y cerramos con Can You Please Crawl Out Your Window? De la última aventura de Roger Daltrey & Wilco Johnson, Going back home, un gran disco de versions de cl´sicos. Lo pueden encontrar bajo el sello Universal y hasta comprarse el disco físico, como se hacía a la antigua, jeje. Ya regresamos con más.
BLOQUE 2
Aquí va una buena: los dos únicos tipos que vienen de Hibbing, Minnessota, son Bob Dylan y Roger Maris. La reseña que Robert Shelton escribió en 1961 para el New York Times, sobre el show de Bob en el club Gerde’s Folk City, fue el punto de inflexión de su carrera. En paralelo, Roger Maris –un modelo de cómo no manejar la propia carrera- batió el récord de 60 home runs establecido por Babe Ruth, también en 1961. La suya es una gran historia y no tenemos mucho tiempo para contarla, pero Billy Crystal hizo una película sobre el tema titulada *61. Pero aquí va lo cool: el home run de Dylan fue un 29 de septiembre. Sólo tres días después, Roger marcó el suyo.
I Want To Be Loved (The Rolling Stones)
Holly (Nick Waterhouse)
Funky But Chic (David Johansen)
He’s A Drag (The Dahlmanns)
Tink Tailor Soldier Sailor (The Yardbirds)
Partimos este bloque con I Want To Be Loved, una cara B de los Rolling Stones. La cara A era un cover de Chuck Berry llamado, Come on, y que es una de las pocas cosas de su primera década que nunca me gustó. La cara B, un tema de Willie Dixon que también grabó Muddy Waters, era muy muy cool. Luego escuchaban la notable Holly, de Nick Waterhouse, tremendo. Y mientras era miembro de los New York Dolls, a David Johansen le venían frecuentes crisis de personalidad y sacaba discos con otros nombres, como Buster Pointdexter, y halanzado unos tres álbumes solistas, uno más raro que el otro.Eso sí, el primero era genial, e incluía el tema que pusimos: Funky But Chic. Los que gustan de los Dolls tienen que tener este disco. He’s A Drag, un tema cool, por The Dahlmanns, unos chicos de la “mafia” de new Hampshire. Notables. Y al cierre Tink Tailor Soldier Sailor, de la última encarnación clásica de los Yardbirds, el único disco que Jimmy Page alcanzó a grabar con ellos. Fantástico.
BLOQUE 3
Y como siempre tenemos información invaluable para ustedes… un 9 de febrero de 1961, fue la primera presentación de los Beatles en el club The Cavern. Todos habían tocado ahí, como miembros de otras bandas (salvo George Harrison) y sería el lugar donde nueve meses exactos más tarde –el 9 de noviembre- serían descubiertos por su futuro manager, Brian Epstein, durante un concierto de mediodía. La canción que lo llevó a darse vueltas por el lugar ni siquiera tenía su nombre en el disco. Una versión de My Bonnie grabada en Alemania acompañando a Tony Sheridan y que iba acreditada a Tony Sheridan and the Beat Boys. La razón por la que no aparecieron con su nombre era que Beatles sonaba demasiado parecido a “peedles” (los penes, en alemán) y, por un rato adoptaron el nombre de Beats Brothers, eso hasta que Epstein siguiendo el consejo de su asistente Alastair Taylor lo convenció de ir a verlos. Y para suerte de todos nosotros, lo hizo.
Don’t Throw Your Love Away (The Searchers)
I’m A Hog For You Baby (The Strypes)
Time For Heroes (The Libertines)
Time Bomb (Ramones)
Spanish Castle Magic (Mark Rivera)
Partimos con una dosis de invasión británica con Don’t Throw Your Love Away de los Searchers. Ellos fueron una suerte de versión británica de los Byrds, ya que también hacían versiones eléctricas de canciones folk, y diría que John McNally se adelantó unos meses a Roger McGuinn al usar la Rickenbaker de 12 cuerdas, copiándole a George Harrison, en A Hard Day’s Night. I’m A Hog For You Baby, el clásico que Lieber & Stoller hicieron con The Coasters, pero en una renovada versión de The Strypes. Luego un doblete temporal con Time For Heroes por The Libertines y Time Bomb de los Ramones, de su disco Subterranean Jungle, de 1983. Cerramos con el notable Mark Rivera, aventurándose como solista -después de tocar para Lennon, Ringo, Billy Joel y muchos más- con una gran versión de Spanish Castle Magic. Y ya volvemos.
BLOQUE 4
Nuestro tema cool de la semana llega desde Oslo, Noruega, recibamos en nuestro escenario a The Dogs.
Crime Is Sexy (The Dogs)
Cry In Night (Q65)
Daddy Buy Me A Girl (Golden Earring)
Come And Get It (The Dollyrots)
Dollhouse (Bruce Springsteen)
Partimos con la canción cool de la semana: Crime Is Sexy, por los noruegos The Dogs, contenido en su segundo álbum. Y de una de las bandas más cool de la vida, Q65, escuchabas Cry In Night. Los 65 han dado más vueltas que los propios Pretty Things. Luego Daddy Buy Me A Girl, por Golden Earrings, una de las bandas más importantes de los países bajos; esto fue antes que grabaran Radar Love como Golden Earring (sin la s). luego llegaba uno de nuestros temas cool, Come And Get It por las Dollyrots y cerrábamos con Dollhouse de Bruce Springsteen. Ya regresamos.
BLOQUE 5
Hey, nuestro freak de la semana es Allen Ginsberg… y tengo una historia sobre eso: en mi colegio teníamos ua chica muy cool a cargo de la biblioteca –debería buscar su nombre para darle las gracias, uno de estos días-, y bueno ella nos mantenía al día y nos daba consejos sobre qué libros leer. Un día me preguntó en qué andaba y le dije que escuchando a Bob Dylan. “Ah, si te él te gusta, esto también”… y me pasó un libro de poemas de Allen Ginsberg. Pensándolo bien, tiene que haber sido un libro de ella, a menos que haya encontrado una forma de comprarlo a la mala para la biblioteca. Me dijo que era un poeta beat y un budista, y fue así como me enteré que todo eso existía. Leer su poema “El aullido” fue una revelación, sobre todo porque ayudaba a entender algo del misterio total que era Dylan. En fin, Allen está de cumpleaños esta semana: el 3 de junio de 1926. Lo perdimos un 5 de abril de 1997, y si tratamos de resumir su vida, nos tomaría varias horas. De partida es el tipo que de tanto en tanto ustedes escuchan leyendo poesía en este programa, jeje. En los años 50, él, Jack Kerouac, William Burroughs, Laurence Ferlenghetti y otros varios tipos, crearon un nuevo tipo de literatura y poesía. Una de formas más libres, más conversacional, que usaba el lenguaje de la calle y los ritmos del jazz, y que se sentía atada a la realidad política, filosófica y sexual. Todo eso. Ginsberg se convirtió en un poeta famoso cuando esas cosas no existían. Al moverse alrededor de los medios masivos, cambió por completo la naturaleza del discurso público. Los días de las entrevistas corteses, llenas de sonrisitas, de preguntas y respuestas educadas, se acabaron. El introdujo el concepto de “tell it like is it” (decirlo tal cual), sin importar las consecuencias. Aparte de influenciar a todos los que tomaban un lápiz para escribir y de dar a conocer a mucha gente el mundo del pensamiento oriental, fue uno de los primeros en seguir los pasos de Timothy Leary, en su experimentación con LSD, y de Ken Kesey, en sus Acid Tests. Su lectura de poesía en el Albert Hall ayudó a gatillar el mundo underground de Londres, en 1965. Cantó Ooooom en el legendario Be-In de San Francisco en 1967 y participó en las protestas antibélicas de la convención demócrata en Chicago, en el 68; fundó una escuela de poesía en Colorado, subió al escenario con The Clash, y fue en Amsterdam, en 1983, durante una lectura de poesía en un club llamado The Milky Way, donde Allen era acompañado por un cuarteto de cuerdas (ese era el tipo de música que le gustaba, jeje), que Bob Guccione Jr., el editor de Spin, me presentó con él en una cena. Pocas veces en mi vida he estado intimidado por alguien, como esa vez. Sabía que si disparaba las preguntas que tenía en la cabeza habríamos estado como seis horas, así que me quedé en silencio, mientras los convertían en el centro de la velada. Un poco más tarde, se acercó al rincón donde yo estaba y me dijo: Tú has estado ahí, cierto?”. Perdón, Allen, de qué me hablas? “Qué has estado al tope de la montaña” No te entiendo. “Tú y Springsteen. Ahí arriba. Puedo verlo en tus ojos. Porque también he estado allí. No es un lugar como para quedarse a vivir, pero es divertido ir de visita”.
Come See Me (The Pretty Things)
Ain’t Nothing But A House Party (The J. Geils Band)
Devil With A Blue Dress (Mitch Ryder & the Detroit Wheels)
This Is Sword (Bruce Springsteen)
Innocent World (Iggy Pop)
Era Innocent World… Iggy Pop, baby, directo desde el álbum Naughty little doggy. ¿Saben quién es major que Iggy Pop? Nadie, baby, nadie. Uno de los intérpretes más grandes de la historia, imperdible en cualquier lugar que se presente… si anda cerca de tu hemisferio, tienes que verlo. Sigamos retrocediendo en nuestro bloque: This Is Sword, la nueva canción de Bruce Springsteen, sacado de su disco High Hopes. Antes escuchamos una de 1966: Devil With A Blue Dress, que Mitch Ryder & the Detroit Wheels llevaron hasta el número 4, en esos días. Y a propósito de blancos que tienen soul, antes iba Ain’t Nothing But A House Party con Peter Wolf, al frente de la J. Geils Band, de su disco Bloodshot, de 1973. La versión original de esta canción era de los Showstoppers, formados por dos parejas de hermanos de Filadelfia, y una de esas eran hermanos del gran Solomon Burke, aunque serlo no les sirvió de mucho. Y todo comenzaba con Come See Me, de los Pretty Things, unos grandes del R&B británico, y con una tremenda parte para el bajo de John Stax. Todavía son fantásticos, todavía andan dando vueltas, con más soul que muchos que se ansdan autoproclamando por ahí. Eso no más les digo.