EL DIARIO DE ZE CARLOS

18 de junio de 2014: Chile vs España

El 18 de junio de 2014, ya tengo 41 años y estoy sentado en el pupitre 51 del renovado e imponente Maracaná, o estadio Jornalista Mario Filho donde participo de la transmisión de radio ADN

Equipo Futuro |

Las tragedias, los momentos históricos y las grandes alegrías colectivas comparten algo: siempre quedan signadas por una fecha o un simple número, que la historia acomoda y da sentido.

Por Carlos Costas (Zé Carlos)

El Golpe de Estado con sus oscuras y fatídicas consecuencias es el 11. Ocurre con las fechas que marcan la historia de una nación. Con nuestra fiesta nacional que celebramos el 18 y de la cual se deriva una expresión tan propia como “endieciochado”, algo que sería imposible entender en otro contexto que no fuera Chile.

Para mi generación, el 3 de marzo es sinónimo de terremoto y calamidad. Cuando la tierra volvió a sacudirnos con violencia y muerte, los medios de comunicación ya habían acuñado nuevas formas para referirse a estos episodios que provocan conmoción y alarma pública: el terremoto y tsunami es recordado como el 27-F.


Otra fecha significativa es el 5 de octubre. Ese día nuestro país recuperó la democracia por la vía pacífica. A Julio Martínez le encantaba rememorar el 30 de mayo y la inauguración del Mundial de Chile con el discurso del presidente Jorge Alessandri, el desfile de los cadetes de la Escuela Militar y el triunfo de la Selección frente a Suiza. Las grandes gestas del deporte siempre quedan instaladas en la memoria colectiva porque son una manera de recordar esa inmensa y fugaz alegría que sentimos con una victoria, con aquel título esquivo o con una actuación consagratoria.

Para mis amigos colocolinos, el 5 de junio está marcado en sus calendarios como si fuera una fiesta religiosa. En los calendarios de mis amigos azules, el 18 de diciembre es un día de redención. Chunchos que vieron el final de una maldición de 25 años y que con el tiempo cederán terreno a nuevos ritos y celebraciones. Con seguridad el 14 de diciembre será para la nueva generación de hinchas de la U una fecha mucho más significativa en sus corazones.

El 3 de septiembre de 1989, yo estaba a punto de cumplir 17 años. Esa tarde miraba el partido de Brasil con Chile en el Maracaná. Casa de familia de clase media con el televisor en el living y la certeza de que no teníamos nada que hacer frente al Scratch. El único misterio que envolvía ese encuentro era saber cuánto podría durar la resistencia del Cóndor Rojas.

Había asistido a la batalla del estadio Nacional y me quedé con la entrada comprada para el partido de local con Venezuela, que en castigo tuvimos que jugar en Mendoza por los incidentes ocurridos en Ñuñoa. Desde entonces desconfío de los abonos.

Y también aprendí a desconfiar de los irresponsables con micrófono o tribuna en un diario. Supuestos profesionales que incitaron a la gente a salir a apedrear la embajada de Brasil lo que lamentablemente ocurrió. Como la gran mayoría, me tragué el cuento que la bengala había herido a nuestro gran arquero. Con estupor miraba la pantalla y escuchaba a los desconcertados comentaristas.

Pero un futbolero siempre tiene una radio al alcance de la mano. Es justo reconocer la valentía de Max Walter Kautz que fue el primero al que yo escuché denunciar el fraude y hablar con la verdad: la bengala no había impactado a Rojas.

El 18 de junio de 2014, ya tengo 41 años y estoy sentado en el pupitre 51 del renovado e imponente Maracaná, o estadio Jornalista Mario Filho donde participo de la transmisión de radio ADN. Observo el arco donde tuvo lugar aquel triste simulacro y hoy veo a Claudio Bravo, de uniforme negro, pétreo, serio, concentradísimo en el juego e infundiendo todo su liderazgo.

Fue tan feo y vergonzoso lo que pasó hace 25 años y es tan deslumbrante lo que ahora veo ante mis ojos que pienso en la sabiduría de nuestros mayores. De los que estuvieron antes, de los que amaban este deporte y no pudieron disfrutar con esta imagen de un Chile rebelde y batallador derribando al campeón del mundo con fútbol y sin trampas. Pienso en esa perspectiva que también nos dan los años que nos permite entender que tarde o temprano la vida se encarga de acomodar las cosas, de reparar nuestros errores y regalarnos momentos tan felices como este. Escucho por los fonos a Claudio Bravo dedicar la victoria a Roberto Cóndor Rojas y es como si el círculo finalmente se cerrara.

Estos muchachos nos demostraron en la cancha que es posible ganarle a cualquiera. Con trabajo, espíritu de equipo y talento. Ese debe ser el ejemplo. Como país, aún debemos mejorar. Esta nueva mentalidad ganadora tiene que ser acompañada de una educación de calidad para todos. El comportamiento de esos 88 prepotentes que intentaron entrar a la mala y que serán deportados demuestra la urgencia de promover buenos valores y una conducta cívica.

Hasta hace un par de días, el 18 de junio era para mí el día del cumpleaños de mi mamá y de Paul McCartney. Hasta que me acompañen la salud y la buena memoria, esta fecha ocupará de ahora en adelante un lugar muy especial en esta colección de momentos y experiencias que llamamos vida.

Lo más reciente

Rockódromo generó $559 millones de impacto económico total para Valparaíso

Más de 18 mil asistentes en cinco días de conciertos y actividades en torno a la música en una nueva versión de Rockódromo en Valparaíso.

Los detalles del histórico concierto que reunió a más de 35 mil personas con la Novena Sinfonía de Beethoven en el Estadio Nacional

35 mil personas que repletaron el Estadio Nacional para ser parte de Oda a la Fraternidad, concierto sinfónico más grande del país.

«Cultura prisionera» es el libro de ensayos de canciones de Los Prisioneros

"Cultura Prisionera" es no solo para fans de la música, sino para tod@s l@s interesados en la dimensión cultural de Los Prisioneros.

Salir de la versión móvil