Escucha el programa a continuación…
BLOQUE 1
Monterey (Eric Burdon)
Bienvenidos a nuestra celebración del Monterey Pop Festival, llevado a cabo entre el 16 y el 18 de junio de 1967. Todo partió en la casa de Allan Pariser, donde todo el mundo iba a darse unas vueltas, ya que tenía los mejores parlantes, jeje. Así que ahí tenemos a Jim Dickson, manager de los Byrds y uno de los tipos más importantes de la historia del rock: fue él quien conectó a los Byrds con Bob Dylan; un suceso sólo comparable al momento en que Andrew Oldham consigue que Paul McCartney le ceda una canción de los Beatles a los Rolling Stones, un momento crítico y clave… pero me estoy yendo por las ramas. Jim Dickson había producido un concierto para Allan y Hugh Masekela, el trompetista, estaba ahí y les dice, “tienen que hace otro”. Y Allan contesta: Hey, Jim, qué te parece en Tijuana? Tengo otra idea, contesta Dickson –quien ya se imaginaba a diez mil mexicanos saltando por la frontera-, que tal si contactamos a Benny Shapiro, que acaba de hacer un festival folk en Monterey? Y eso hicieron. Hablaron también con Derek Taylor, el ex agente de Prensa de los Beatles, contrataron a Ravi Shankar como acto de apertura. Luego fueron donde Lou Adler y John Phillips para asegurar la participación de The Mamas and the Papas, y estos se ponen a hablar con Taylor de lo cool que suena todo esto, lo que sumada a la reputación del festival de jazz de Monterey, daría nueva credibilidad a la vaga, pequeña y fragmentada comunidad rock. Por las razones que sean, Benny Shapiro se sale de la operación y Adler, Phillips, Johnny Rivers, Terry Melcher y Paul Simon compran su parte, a diez mil dólares cada uno, más la contribución de Bill Graham. Lou y John se convierten en los productores, junto a Michelle Phillips quien también se merece un crédito en esta historia. Tenían seis semanas para parar todo, y de inmediato quedó claro que no había dinero para pagarle a las bandas, por lo que Lou y John sugirieron un concierto de caridad donde todo el mundo tocaría gratis. Su mesa de directores era bastante impresionante: Paul McCartney, Mick Jagger, Paul Simon, Andrew Oldham, Donovan, Smokey Robinson, Roger McGuinn, Michelle Phillips, Brian Wilson y ahora todo lo que restaba hacer para estos productores de Losn Angeles, era convencer a las bandas de San Francisco de que podían ir a tocar. Mmmm. Y eso no era fácil.
So You Wanna Be A Rock n’ Roll Star (The Byrds)
Seventh Son (Johnny Rivers)
Can You Please Crawl Out Your Window? (Roger Daltrey & Wilco Johnson)
Pictures Of Lily (The Who)
Spanish Castle Magic (Mark Rivera)
BLOQUE 2
Y en nuestra celebración de Monterey Pop, escuchamos de fondo al maestro Ravi Shankar, quien tocó en solitario durante la tarde del domingo. El fue el único número de esa tarde, y pidió a todos que dejaran de fumar durante su show. Debe haber tocado unas tres horas… y unas tres canciones, jeje. En fin, volviendo a la historia: a mediados de los 60, L.A., Los Angeles, tenía la reputación de ser la ciudad donde la música se mezclaba sin parar con el negocio, el marketing, un lugar frío y calculador. San Francisco, en tanto, era el espacio para la meditación, orientalismo, vegetarianismo, granola, tipos barbudos de look normal que hacían música. Era la onda que se llevaba y resultaba esencial para estos tipos de Los Angeles poder incluirlos para tener un festival exitoso. Desde el principio, The Grateful Dead, Jefferson Airplane, Big Brother and The Holding Co., Country Joe, sus managers y todos los demás, consideraban a los productores angelenos unos invasores y aprovechadores con los que no querían tener nada que ver, ni en lo práctico ni en lo filosófico. El escritor Richard Goldstein, quien hizo la ruta de 400 millas desde Los Angeles a San Francisco en 1967, hacía la diferencia entre esa tierra baldía de neón y aquel centro clave del underground nacional. Por suerte para la historia, Lou Adler tenía buenos aliados en Frisco, partiendo por Ralph Gleason, el respetado cronista de jazz para el San Francisco Chronicle y quien pronto cofundaría la revista Rolling Stone. Otro era Bill Graham, promotor del teatro Fillmore y quien conscientemente circulaba por la línea que separaba los negocios de la filosofía hippie/oriental, Derek Taylor y Andrew Oldham eran otrs sujetos respetados por ambos lados, lo mismo quie David Crosby que tenía conexiones en los dos mundos. Tal como dijo el periodista de Chronicle, Joel Selvin, fue ese tácito acuerdo de no agresión entre LA y Frisco lo que hizo de Monterey algo fascinante. La tensión de tener a los Dead a punto de tocar en otro festival alternativo, hasta el último minuto, se transformaría en una sensación de liberación y alegría, al ver cómo todos esos propósitos de paz, amor y flores, se volvían reales, sin víctimas ni interesas dañados. Para fraseando a Country Joe MacDonald, lo resume perfecto. “La industria del entretenimiento hizo de Monterey un asqueroso éxito comercial: algo que todos, desesperadamente, necesitábamos”.
Plastic Fantastic Lover (Jefferson Airplane)
Dark Sunglasses (Chrissie Hynde)
No Time Like The Right Time (The Blues Project)
Can’t Be So Bad (Moby Grape)
BLOQUE 3
Seguimos en nuestra celebración de Monterey Pop, y les recuerdo que la única razón por la que al final el festival fue filmado, es porque necesitaban el dinero. La cosa se veía mal, cuando –a último minuto- Tom Moore, presidente del canal ABC, se ofreció a comprarla como “Película de la Semana”. Así que Lou Adler y John Phillips rápidamente contrataron a D. A. Pennebaker, el tipo que ya había hecho historia al seguir a Dylan en su primer tour británico, capturado en la extraordinaria Don’t Look Back (si una han visto ese documental, háganse un favor y véanla ya). Lo divertido es que una vez que Tomm Moore y su equipo vieron a Jimi Hendrix lamiendo su guitarra y luego prendiéndole fuego, devolvieron el material, jeje. “Váyanse con su película, antes que nuestros accionistas la vean, ok?”. Jeje. En fin, el docu nunca recaudó cifras cercanas a la fortuna generada por Woodstock, pero a lo largo de los años ha generado fondos para diversas causas como la LA Free Clinic, o la R&B Foundation, Fondos para víctimas de terremotos, becas, y muchas otras cosas. Fue uno de los primeros casos de actos de beneficencia donde el dinero llegó donde se suponía que iba. Nuestros saludos a Lou Adler y su gran obra.
Where Did My Baby Go (The Paul Butterfield Blues Band)
Holly (Nick Waterhouse)
Piece Of My Heart (The Big Brother & the Holding Company)
He’s A Drag (The Dahlmanns)
Day Tripper (Otis Redding)
BLOQUE 4
Nuestra canción cool de la semana llega esta semana desde Los Angeles, California. Recibimos en el Underground Garage a The Bayonets.
Crash Boom Bang (The Bayonets)
Groovin’ Is Easy (The Electric Flag)
Tana Mana (Ravi Shankar)
Dandelion (The Rolling Stones)
Love Or Confusion (The Jimi Hendrix Experience)
BLOQUE 5
Todo cambió en 1967. Sgt. Pepper’s de los Beatles fue lanzado dos semanas antes del Festival de Monterey, dando pie a la consolidación de una forma de arte que había nacido, en rigor, en el 65. La AM se transformó en FM. El pop en rock. El formato del single de 45 se volvió irrelevante durante un tiempo, y lo mismo ocurrió con el ranking Top 40. Desde junio del 67 en Monterey hasta diciembre del 69 en Altamont, el rock se convirtió en mainstream y algo más raro aún: un mainstream con posibilidades ilimitadas. Charles Gillette lo denominó como el “nuevo mundo del pop adulto”. Jann Wenner, todavía a seis meses de fundar Rolling Stones, escribió en Rampart, llamó a Monterey el gran “nexus”. Todo lo anterior llevó hacia el festival. Todo lo posterior emanaría de éste. Aquí en el Underground Garage valoramos ambas tendencias: toda la inocencia y energía del rock primario, así como también las potencialidades de expresar tu interioridad a través de una forma de arte, pero la estructura primitiva siempre tiene algo de ventaja aquí, así que más les vale comprimir y contener sus emociones, intuiciones y descubrimientos a canciones de tres minutos o menos.
Mr. Soul (BuffaloSpringfield)
Crime Is Sexy (The Dogs)
Hello Goodbye (The Beatles)
Seeing (Moby Grape)